,

Acompañar la fe de la gente, tarea fundamental en las islas

Acompañar la fe de la gente, tarea fundamental en las islas

Las personas les esperan con mucha emoción y con la mejor actitud, participando de todas las actividades que se organizan.

 

Por Karla Díaz 

La alegría y esperanza se hacen más latentes, cada mes de enero, en las comunidades de las costas del Pacífico, en Chimán, El Hato, Unión Santeña, el Archipiélago de las Perlas, la isla de San Miguel y muchos otros lugares cercanos, que reciben con los brazos abiertos el evangelio de la mano de los jóvenes del Seminario Mayor San José.

En los seminaristas queda ese anhelo de la misión de ir donde la Iglesia les envíe.

Estas comunidades son lugares de misión en donde faltan sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos, y las persona que están allí tienen esa hambre, esa sed de la presencia de Dios, de la presencia de la iglesia que celebra, que acompaña, que ayuda a vivir los sacramentos.

“A lo largo de estos años, nuestra misión siempre ha sido formar para los sacramentos, celebrar la eucaristía, visitar los hogares, a los enfermos, formar a los niños para la comunión y confirmación. Nosotros buscamos compartir la fe”, dijo el padre Luis Núñez, rector del Seminario Mayor San José.

Los jóvenes seminaristas vivieron esta experiencia de misión, que cada año es diferente para ellos. Las personas les esperan con mucha emoción y con la mejor actitud, participando de todas las actividades que se organizan.

El rector señala que la respuesta de la gente ha sido muy buena, han sido muy abiertos, acogen muy bien a los misioneros, y se ve la necesidad que tienen de una presencia de una iglesia a través de los sacerdotes y laicos para reavivar la fe en estas comunidades.

Además, agrega el sacerdote, en los seminaristas queda ese anhelo de la misión de ir por todo el mundo, donde la iglesia les envía para anunciar el reino de Dios que está presente, un reino de paz amor y justicia, que ya desde el seminario lo van viendo.

 

“Ellos tienen esa disponibilidad por misionar a donde el obispo los envía, esa alegría de llevar la buena nueva, el evangelio”, dijo.

 

Con los seminaristas van de la mano, en la misión, varios sacerdotes, y para ellos como presbíteros, participar es un impulso para la fe, a través de los sacramentos, de la predicación de las visitas del acompañamiento, de la escucha, todo esto en comunión, participación y misión.

También es un animar a la comunidad cristiana de ir a la misión, no solo en nuestros grupos, en nuestras parroquias, sino también en estos lugares donde hacen falta líderes de parroquia que quieran acompañar la fe de tanta gente no tiene esa presencia todos los días.

 

Momentos de mucha alegría 

             Sra. Mare
Aquí todo lo hacemos con cariño y agradecimiento por la misión que realizan los seminaristas y sacerdotes.
Rómulo Arosemena
Fue una alegría muy grande poder celebrar con los seminaristas nuestras fiestas patronales en Chimán.
           Evelyn Carter
Necesitamos más sacerdotes, que se hagan más misas, pero no hay presbíteros y hay poco misioneros.

 

Necesitamos más sacerdotes

La Dra. Evelyn Carter de Lasprilla destaca la dicha vivida durante estos días en los que fueron visitados por los seminaristas; por ello dan gracias y piden que esta experiencia sea repetida todos los años, pues les hace falta la presencia de un sacerdote en estas tierras.

“Dios quiera que la experiencia que hemos tenido aquí, también la puedan llevar  a muchos más lugares. Necesitamos más sacerdotes, que se hagan más misas, porque hay comunidades que tienen sus capillas, como aquí en La Ensenada, pero no tenemos asistencia porque no hay un presbítero, y hay pocos misioneros”, expresó Evelyn.

Por su parte Rómulo Arosemena, en nombre de la comunidad de Chimán, agradeció al grupo de seminaristas y al sacerdote por su participación en la celebración religiosa de su pueblo, pues con esto han podido engrandecer la fe de la gente.

Lucía Alargacha, mejor conocida como Mare, es quien atiende con cariño a los misioneros. Ella está pendiente de su hospedaje y alimentación. Para ella, todo lo que hace es con amor, cariño y agradecimiento por la misión que realizan los seminaristas y sacerdotes.