¡Adopta tu abuelo!… Cada anciano es nuestro abuelo

¡Adopta tu abuelo!… Cada  anciano es nuestro abuelo

“Soy cariñoso, fiel, recomendable”, así se anuncia la oferta para adoptar a algún animal.  También hubo en su momento, un “Adopta tu hectárea”, como propuesta ecológica. “Adopta tu abuelo”, un llamado al corazón humano, llamado de alteridad, para sentirse como el otro, pensar no solo en mí, siendo solidario responsablemente, reconociendo al prójimo. Tiempos de sindemia, llámese como queramos, es un tiempo de mirar al que está en la séptima etapa del Ciclo Vital de Duvall: los viejos.

Hace unos días, en una de sus homilías, Monseñor José Domingo Ulloa, Arzobispo de Panamá, expresó que “Muchos ancianos se sienten solo, porque están abandonados. Debemos usar las nuevas tecnologías para de vez en cuando mandarle un mensaje, pero también hacerle una llamada y cuando ya podamos interactuar, los unos con los otros, visitarlo”.  De esta forma incentivó a que “Adoptemos un abuelo”, una forma de llamar a la atención dentro del propio hogar, muchas veces los olvidamos. De esta forma, nuestro Arzobispo nos invita a accionar utilizando las obras de misericordia corporales y espirituales, buscando la reconciliación con nosotros, ayudando en las necesidades con el corazón mismo.

La pandemia ha llevado al abandono de muchos de los abuelos, donde al estar encerrados, son pocas veces visitados por sus familiares. En otras ocasiones, adoptar no es necesario que el abuelo adoptado sea un familiar, “también lo podemos hacer dentro de nuestra comunidad, no hay que irnos a otro lugar. Esa persona que sabemos que a unas cuadras de mi casa está viviendo en soledad… y soledad no sólo por vivir solo, sino también soledad en medio de su familia expresó Monseñor. 

Para la psicóloga Argénida Dumanoir de Barrios, “ser viejo se ha convertido en término despectivo, perteneciente a la cultura del descarte. La pregunta que muchos abuelos se hacen es ¿A dónde cabemos? ¿Quién y cómo nos adoptan? Adopta, aquel que sintoniza con tus historias repetidas sin decirte “ya eso lo contaste” … el que te da la mano, para levantarte y te acompaña en su lento caminar, el que como lazarillo te guía para no tropezarte, el que detiene su vehículo para que pueda pasar, el que te da los buenos días o las buenas noches. Hacerle una llamada, para preguntarle cómo está: tantas cosas que podemos darle al viejo, para sumarlo al camino de la misericordia día y noche”. 

Ese ser encanecido, que olvidamos, tiene derechos como tiene deberes, que cumplió. El “no estorbar” nos lleva a un pecado social que pesa terriblemente en medio de nuestra sociedad. 

Argénida, invitada en el 2014 por el Papa Francisco a la Institución del Día de los Ancianos y Abuelos del mundo, recomienda que en este momento debemos “promover el acercamiento espiritual y psicológico. Reagrupa tus mejores sentimientos, da, lleva ropa, pañales, alimentos, agrega a tu comida el mejor condimento, la alteridad. Combate el sentimiento de soledad, que es un factor de riesgo para el adulto mayor y para ti, reduce la mortalidad por soledad que mata más que el coronavirus”.

Estar pendientes de ellos es amor de Dios, reflejado en el hermano. Los adultos mayores son como nos dijo el Santo Papa Francisco, “la saggezza del tiempo” (la sabiduría del tiempo), no dejes de enseñar. 

Frente al distanciamiento social, ponte tus gafas, y mira en el tiempo que la vejez no se repara, se prepara y tú llegarás… no olvides. Haz lazos y desata nudos, enséñales a tus hijos el respeto humano, integra, colabora sin aislar. Que no sea tu vejez, “un pacto honrado con la soledad”, como decía García Márquez.

El Papa nos invita a cuidar de los abuelitos

VALORES. “Los abuelos son el tesoro de la sociedad, portadores de fe en tiempos de persecución”, Papa Francisco.

El 26 de julio, al finalizar el rezo del Ángelus, el Papa Francisco invitó a realizar un gesto de ternura hacia los ancianos, visitar a los que están más solos, en las casas y en las residencias, los que desde hace muchos meses no ven a sus seres queridos. “¡Queridos jóvenes, cada uno de estos ancianos es vuestro abuelo!”, recordó el Santo Padre. “¡No les dejéis solos! Usad la fantasía del amor, haced llamadas, videollamadas, enviad mensajes, escuchadlos y, donde sea posible respetando las normas sanitarias, id a visitarlos. Enviadles un abrazo”.

El Papa Francisco insistió en que los abuelos “son vuestras raíces. Un árbol separado de las raíces no crece, no da flores ni frutos. Por esto es importante la unión y la conexión con vuestras raíces».