Aproximación a la realidad actual de la crisis sacerdotal

Aproximación a la realidad actual de la crisis sacerdotal

Como sacerdote, con 25 años al servicio de la iglesia católica, hoy más que nunca me atrevo a decir que la crisis en materia de sexualidad que enfrenta la iglesia es necesario visualizarla desde varias dimensiones: 

Dimensión eclesial: La crisis que enfrenta la iglesia en materia de educación sexual es una crisis estructural que nos lleva a replantearnos el uso y abuso del desmedido poder que, contrario al evangelio y al proyecto de Jesús, hemos proyectado hacia los fieles con actitudes de arrogancia y dureza de quienes quieren imponer a la fuerza las convicciones que sólo pueden admitirse desde la dimensión testimonial y del servicio. 

Dimensión humana: La idealización de la figura del sacerdote como un ser extraterrestre y divino, infalible y dotado de súper poderes, e incapaz de cometer la más mínima falta a quién no se le puede perdonar ningún error. Culpables de esta idealización hemos sido nosotros mismos y las personas más cercanas que nos rodean de esta aureola inmensamente sacra que no da espacio para la cercanía, la empatía y la vulnerabilidad, propias de un hombre llamado, escogido y consagrado para servir a la humanidad. 

Dimensión afectiva: Una falta antropológica que nos ha llevado a olvidar que como hombres no podemos reprimir una realidad emocional y afectiva que es la necesidad de amar y ser amados desde una sana capacidad de mantener relaciones de amistad, fraternidad y compañerismo que se concreta en detalles positivamente sanos como la recreación, la convivencia, la celebración de momentos significativos, el acompaña- miento en quebrantos de salud y en fin, en espacios más puntuales que pueden hacer menos dura la soledad. 

Dimensión espiritual: Jesús le muestra al hombre lo que significa ser hombre. Definitivamente que acercarnos mucho al Divino Maestro para asimilar su humanidad y actitudes hacia los niños, las mujeres, los pobres y los enfermos nos permitirán un ministerio equilibrado y profético, cercano y psicológicamente saludable. 

Dimensión pastoral: De la comprensión y aceptación de las dimensiones anteriores, se sigue la vivencia de un pastoreo a la imagen y medida de Cristo, adaptado a los retos de una sociedad pluricultural, con sus expresiones y valores a la que hay que mostrar el rostro comprensivo y redentor de Cristo.