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Asamblea de Catequesis, signo del caminar la vida en la Iglesia

Asamblea de Catequesis, signo del caminar la vida en la Iglesia

Para ser catequista tiene que haber vocación, y sin duda cada uno de los que estuvieron presentes en este encuentro fraterno, así lo dejaron demostrado.

 

Por: Karla Díaz

La iniciación cristiana de adultos es una de las prioridades a tratar dentro de las formaciones de catequesis en las parroquias, y fue uno de los temas conversados dentro de la Asamblea General de Catequesis, en la cual participaron más de 500 formadores de la Arquidiócesis de Panamá.

En esta formación se plantearon objetivos importantes, como mirar la realidad que se vive actualmente en la sociedad para poder así hacerle frente y mirar la raíz del problema. Por otro lado, discernir el camino a seguir y lo que la Iglesia Latinoamericana nos invita a impulsar, en cuanto a la iniciación a la vida cristiana como método para poder afrontar los desafíos de hoy. Por último, trabajar caminando al encuentro del Señor estando en comunión con la Arquidiócesis y con el Plan Pastoral.

“Hoy queremos que los catequistas sepan y tomen conciencia de lo importante que es estar en comunión con el Plan Pastoral y la Arquidiócesis, así que queremos hacer enlaces con el plan en sí y definir qué podemos aportar a ese plan”, dijo el padre Israel Ramos, director de la Oficina de Catequesis a nivel arquidiocesana.

Otro punto importante a destacar es lo necesario e indispensable de la formación del catequista, que en momentos ha sido desafiante. Es importante que logren tomar conciencia de que la actualización no es algo que puedan dejar pasar.

 

Cuestión de vocación

Bailes, dinámicas y trabajos en grupo fueron parte de esta jornada de 2 días en la que los catequistas compartieron sobre su misión dentro de la Iglesia. Un papel fundamental en el que se convierten en transmisores de fe y en el que se hace básica la conversión pastoral, porque es fácil quedarse con lo que uno conoce, pero abrir la mente y el corazón para mirar y sentir lo que el Espíritu Santo nos está diciendo en cuanto a la renovación, es desafiante.

Ramos recordó que para ser catequista tiene que haber vocación, y sin duda cada uno de los que estuvieron presentes en este encuentro fraterno, así lo dejaron demostrado. Sin embargo, el padre Israel recalcó la importancia de seguir orando para que haya auténticos catequistas llamados por Dios para que hagan esto por amor; lo importante es la disposición, la actitud y el amor.

 

Papás, primeros catequistas

Un aspecto importante a destacar, según el padre Carlos Mejía, Vicario General de la Arquidiócesis de Panamá, es la falta de empeño de parte de los padres de familia en ser los primeros formadores de sus hijos.

 

En los hogares, los papás no están desempeñando el rol de catequistas, y son ellos los primeros educadores en la fe. 

 

La iglesia tiene que suplir, en la medida de sus posibilidades; por lo que consideramos necesario ayudar a los padres en el hogar para que puedan confiar más en el proceso de evangelización de niños y jóvenes”.

 

Tanto jóvenes como adultos

La catequesis es la columna vertebral dentro de todos los procesos de formación en la fe. Y aunque muchos han dado el Sí, hacen falta otros que se puedan comprometer en la vida de la iglesia, como transmisores de la fe. “Sin la participación y colaboración de los catequistas, la fe quedará rezagada”.

El padre Carlos también dijo que, aunque los jóvenes son importantes, se hacen necesarios los catequistas maduros, cristianos adultos que puedan contribuir, madres y padres de familia que estén en su caminar de vida eclesial.

 

Más de 500 catequistas participaron de esta asamblea formativa y espiritual.

 

Fortalezcan su misión

El catequista debe amar lo que hace y debe tomar en serio su papel, debe ser apasionado y disfrutar su misión evangelizadora. El padre Efraín De León, Vicario de Pastoral de la Arquidiócesis de Panamá, les invitó a romper los esquemas radicales que existen con los catequizandos, y a tener mucho cuidado con los métodos porque se pueden perder niños y jóvenes que tal vez en sus hogares no tengan presente la luz de Cristo.

“Para eso está el catequista, para apoyar y acompañar, para enseñar y estar con ellos en el proceso; fortalecerles y orientarles en cada una de sus realidades”, acotó el padre Efraín.