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Asamblea pastoral evalúa sentido comunitario y dimensión eclesial

Asamblea pastoral evalúa sentido comunitario y dimensión eclesial

Con el objetivo de ubicarse como comunidad eclesial, para analizar dónde estamos, a dónde vamos y de dónde venimos, se realizó la VI asamblea pastoral de la diócesis, celebrada en el salón parroquial de la Iglesia San Atanasio de la Villa de Los Santos, con la participación del padre Orlando González, coordinador de este proyecto.

De acuerdo con González, el objetivo principal es crecer en el sentido comunitario, la dimensión eclesial, como horizonte que incluye todas los componentes, desde los grupos de pastoral, los movimientos, las asociaciones, los párrocos y los feligreses de todas las edades.

Esta asamblea que se llevó a cabo el 16 de noviembre fue adelantada con motivo de la JMJ para no perder la oportunidad de realizar el importante trabajo de revisión y planificación, propio de estas asambleas.

“La memoria de los que somos en nuestra identidad eclesial, la revisión del camino recorrido y los ideales que deseamos alcanzar, son el marco dentro del cual se mueve la reflexión comunitaria y nuestro planeamiento, algo más que programación de actividades”, expresó González.

Explicó además que un papel preponderante en este proyecto eclesial lo juegan los laicos que están llamados a redescubrir su vocación y poner sus carismas al servicio de la comunidad, según la eclesiología de comunión del Concilio Vaticano II.

Responsabilidad

Se trata de una responsabilidad compartida que los EPAP (Equipo de Pastoral de Animación Parroquial) con su compromiso, están llamados a recordar a cada miembro de la comunidad, sea ello el párroco, un responsable de pastoral o un miembro de la comunidad.

La JMJ es un fuerte apoyo

Dentro de la asamblea también hablaron sobre la JMJ, destacando que su organización y desarrollo en su aspecto local de los Días en las Diócesis, es una oportunidad enorme que han recibido por gracia de Dios, y no se puede desaprovechar.

Será una semana de fiesta, de alegría, de oración y de experiencias compartidas, por lo bello y maravilloso que pueda ser. Además aporta un viento nuevo de entusiasmo, una apertura de los corazones a horizontes más amplios, un despertar de una nueva conciencia eclesial, un descubrimiento del papel protagónico de los laicos.