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Asumen el desafío de proteger a las familias en el mundo de hoy

Asumen el desafío de proteger a las familias en el mundo de hoy

Laicos comprometidos manifiestan su compromiso de continuar sirviendo a la Iglesia; decididos a alzar su voz de protesta ante todo aquello que intente vulnerarles.

 

Por Marianne Colmenárez

Más allá de todas las actividades realizadas por la Iglesia Católica en Panamá durante el Mes de la Familia, agentes sociales de diferentes movimientos y apostolados, reconocen la urgente necesidad de seguir en pie de lucha para defenderla de ideologías que pretenden debilitarle.

Para los Sterling Magallón, matrimonio constituido por Jaime y Gladys del Movimiento Familiar Cristiano, “la defensa de la integridad familiar, va más allá de declarar el mes de la familia como un slogan, debemos hacerlo vida, procurando la salud de la pareja, apoyando la unión familiar con programas de escucha, de consejería conyugal y familiar, que aporten a fusionar a todos los miembros que la integran”.

Considerando también aquellas familias incompletas o que incluso los niños son criados y mantenidos por los abuelos, tíos o por algún hermano mayor.

 

Salir de la zona de confort

“Ante los crecientes ataques a la familia por los distintos organismos internacionales, que no escatiman esfuerzos para imponernos sus pensamientos de modo de vida extremadamente liberales y que van en contra de lo establecido tanto natural, como moralmente; debemos estar vigilantes de estos temas”.

Destacó Carlos Gorrichategui y su esposa Aminta, directivos de Matrimonios en Victoria, quienes también ven la necesidad de salir de la zona de confort para defender el valor que tiene la familia en la formación de hombres y mujeres, honestos e íntegros.

¿Cómo?, aseguran que unidos en comunidades de fe, manifestando en voz de protesta para rechazarlos, ya que intentan vulnerar la familia tal cual la conocemos.

“Decimos que la familia es la base de la sociedad, pero; ¿conversamos con nuestros hijos, les dedicamos tiempo de calidad, nos interesamos en saber qué ven en el internet, que música escuchan, quienes son sus amigos, si le están haciendo bullying, notamos señales de depresión?”.

“Nuestro apoyo y guía constante pueden marcar una gran diferencia en cómo las nuevas generaciones enfrentan y apuestan por la familia en estos tiempos de incertidumbre”, manifestó Aminta de Gorrichategui.

 

Con voz fuerte y clara para defender el presente y futuro.

 

¿Qué hacer ante esta realidad?

Según Octavio y Mabel de Fernández, responsables del Consejo Nacional de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Panameña (CONAFAVI) urge la necesidad de aprender a caminar unidos: “sociedad civil, instituciones gubernamentales, religiosas, organizaciones de salud mental, para acompañar a las familias, hay que hacer investigaciones sociológicas actuales y si las hay, es imprescindible darlas a conocer para saber de dónde partir”.

Aseguran que existe la necesidad de más centros de apoyo en todo el país para familias disfuncionales.

“Hay muchas personas con deseos de cortar cadenas, pero no saben a dónde recurrir y hay otro tanto, que no cuenta con los recursos para costear esos apoyos”, reiteró Octavio.

 

Proteger a la familia como el tesoro de la humanidad.

 

“Familia sana, sociedad sana”

Mabel, señala que “hay que sentarse con los hijos y hablar abiertamente sobre qué actitudes de estos movimientos atentan contra la vida, la salud, el bienestar común y el respeto al prójimo; que vean que son tan reprochables tanto para ellos como para el resto de la sociedad”.

“Si, como adultos, respetamos a la familia podremos hacerle entender a las nuevas generaciones que esta es un tesoro que tenemos la responsabilidad de custodiar”, dijo.

 

Manifiesta que, con familias formadoras, los hijos tendrán una autoestima elevada que les permitirá tomar sabias decisiones y nadie los podrá influenciar, incluso, si tienen tendencias homosexuales serán nobles y respetuosos.

 

Explica que, aunque a los papás les cueste la tecnología deben hacer el esfuerzo de aprender.“Es un asunto de conocer su mundo y no querer que ellos retrocedan al nuestro. Esta es la manera de empezar a tener familias sanas, donde la comunicación sea la tónica, la escucha, la espiritualidad, la disciplina sin violencia, la coherencia, para que así nuestros jóvenes quieran tener una familia como en la que crecieron”.

Sobre el mismo tema, Jaime Sterling destaca que lo primero que deben hacer es dejar de tener a sus familias y principalmente a los hijos, en una burbuja de cristal o de acero para que ningún mensaje externo los pueda alcanzar.

“Debemos hablar en familia de esas realidades, tener ese diálogo honesto”, reiteró.

Para Sterling puede ser que su familia de origen no sea perfecta ¿y qué familia es perfecta? Solo la familia de Nazaret, y ese es el modelo que todos estamos llamados a lograr, con diálogo, entendimiento, amor y con oración.  Si nosotros logramos que nuestras familias lleguen a ser como la Sagrada Familia, las nuevas generaciones verán en nosotros la constancia para tratar de llegar a ser como Jesús, María y José”, destacó.