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¡Pendiente! Que el trabajo no afecte su salud mental

¡Pendiente! Que el trabajo no afecte su salud mental

A nivel mundial, se estima que cada año se pierden 12 000 millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad.

 

Por Luis Coloma

Los problemas de la salud mental impactan directamente tanto en los hogares como en los  lugares de trabajo.

Estas afecciones pueden causar ausentismo, pérdida de productividad y altos costos de atención de la salud.

La depresión es también una de las manifestaciones que reducen la productividad, aumento de días de incapacidad remunerados y retiro prematuro de los trabajadores.

Las empresas deben sensibilizar a su personal respecto al tema de salud mental.

La licenciada Iliana Avecillas, coordinadora nacional de Psicólogos de Salud Ocupacional  de la Caja de Seguro Social (CSS), expresó que los factores de riesgo psicosocial corresponden a interacciones dentro del trabajo, su medioambiente, la satisfacción en el trabajo y las condiciones de su organización.

Indicó que también influyen en las capacidades del obrero, sus necesidades, su cultura y su situación personal fuera del trabajo.

Recomendó practicar hábitos de prevención como no consumir drogas, dormir bien, hacer ejercicios moderados, organizar el tiempo, una dieta moderada, mantener la mente activada y acudir a profesionales cuando haga falta.

Admitió que es importante cuidar la salud mental en el trabajo, para esto debe tratar de tener calidad en las relaciones con los compañeros de trabajo, manejar con cuidado las relaciones entre distintos niveles jerárquicos, potenciar su capacidad para trabajar eficientemente y tener una buena organización del tiempo.

En el abordaje para la detención y diagnóstico de los trastornos mentales, cada trabajador tiene una actitud diferente en función del grado de salud, competencias, expectativas, valores y motivaciones que van a condicionar su grado de satisfacción e insatisfacción laboral y vital, el nivel de estrés y de calidad de vida, tanto personal como laboral manifestó Avecillas.

Las personas con cualquier trastorno mental pueden experimentar varias alteraciones del comportamiento, que constituyen signos de alerta en el ámbito laboral, indicativos de la necesidad de una evaluación inicial.

Dentro de esas señales están:

  • Quejas de usuarios o de los compañeros.
  • Efectuar órdenes inapropiadas.
  • Ausencias no justificadas.
  • Sus compañeros pueden tener expresiones de preocupación ante su comportamiento.

La decisión de consultar a un especialista depende prioritariamente del propio trabajador, aclaró la magister Avecillas. Este factor será esencial para tomar una adecuada conciencia de la enfermedad.

Por ello, para el éxito terapéutico del paciente, la prevención en salud mental implica plantear pautas de actuación para reducir la incidencia, prevalencia y recurrencia de los trastornos mentales, impidiendo el retraso o disminución, así como el impacto de la enfermedad en la persona afectada, sus familias y la sociedad, resaltó la especialista.

 

El trabajo decente

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que cerca del 60% de la población mundial trabaja.  El trabajo decente apoya la buena salud mental y proporciona lo siguiente:

  • Un medio de vida.
  • Sentido de confianza, propósito y logro.
  • Oportunidad para las relaciones positivas y la inclusión en una comunidad.
  • Una base para establecer rutinas estructuradas, entre muchos otros beneficios.

Para las personas con problemas de salud mental, el trabajo decente puede contribuir a la recuperación y a la inclusión, y mejorar la confianza y el funcionamiento en la sociedad.

 

Los entornos de trabajo seguro y sano no solo son un derecho fundamental, sino que también tienen más probabilidades de minimizar la tensión y los conflictos en ese ámbito y mejorar la fidelización del personal, así como el rendimiento y la productividad laborales, recalca la OMS.

 

Por el contrario, la falta de estructuras efectivas y apoyo en el trabajo, especialmente para quienes viven con trastornos mentales, puede afectar la capacidad de las personas para ser eficaces y disfrutar con su trabajo, menoscabar la asistencia de las personas al trabajo e incluso impedir que, para empezar, obtengan un trabajo.

 

Protección y promoción

Para proteger y promover la salud mental en el trabajo hay que fortalecer las competencias encaminadas a que se reconozcan los problemas de salud mental en el trabajo y a que se tomen medidas al respecto, en particular de las personas responsables de supervisar a otras, como los administradores.

 La OMS recomienda lo siguiente:

Capacitar a los administradores en la esfera de la salud mental para ayudarles a que reconozcan y respondan a las dificultades de las personas con angustia emocional a quienes supervisan; desarrollen competencias interpersonales, como la comunicación abierta y la escucha activa; y comprendan mejor de qué manera los factores estresantes en el trabajo pueden afectar a la salud mental, y cómo pueden gestionarlos.

Formar a los trabajadores en las cuestiones y la sensibilización respecto de la salud mental, para mejorar el conocimiento en ese ámbito y reducir la estigmatización respecto de los trastornos mentales en el trabajo.

Intervenciones dirigidas a las personas para que desarrollen aptitudes que les permitan gestionar el estrés y reducir los síntomas relacionados con la salud mental, incluidas intervenciones psicosociales y oportunidades de actividad física recreativa.

 

Importancia del buen empleo

El papa Francisco, durante su mensaje a los participantes de la108 sesión de la Conferencia de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), que se realizó en junio de 2019, en Ginebra, lanzó una serie de reflexiones sobre la realidad del empleo.

Expuso que en el complejo e interconectado mundo de hoy, debemos resaltar la importancia del trabajo bueno, inclusivo y decente.

Indicó que es parte de nuestra identidad humana, necesaria para nuestro desarrollo humano.

 

El Santo Padre resaltó que necesitamos personas e instituciones que defiendan la dignidad de los trabajadores, la dignidad del trabajo de todos, y el bienestar de la tierra, que es nuestra casa común.

 

Puntualizó que el ejercer un trabajo no es solo algo que hacemos a cambio de otra cosa. El trabajo es primero y ante todo “una necesidad, parte del sentido de la vida en esta tierra, camino de maduración, de desarrollo humano y de realización personal.

Asimismo, el Papa aseveró que tiene una dimensión subjetiva. Es expresión de haber sido creados a imagen y semejanza de Dios, el trabajador (Gen 2, 3). Así, “somos creados con vocación al trabajo”.

Para el obispo de Roma, además de ser esencial para la realización de la persona, el trabajo también es fundamental para el desarrollo social.

“Mi predecesor san Juan Pablo II lo dijo de forma preciosa, cuando explicó que el trabajo es trabajo con otros y trabajo para otros; y cuando como fruto, el trabajo ofrece ocasiones para el intercambio, la relación y el encuentro”, afirmó

Admitió que cada día, millones de personas cooperan en el desarrollo mediante sus actividades manuales o intelectuales, en las grandes ciudades o en las zonas rurales, con tareas sofisticadas o sencillas. Todas son expresiones del amor concreto por la promoción del bien común, de un amor social