Buscó el consuelo de Dios en tiempos difíciles, ahora vive a plenitud el tiempo de gracia

Buscó el consuelo de Dios en tiempos difíciles, ahora vive a plenitud el tiempo de gracia

El testimonio del joven José Benjamín Melgar permite reconocer que la misericordia del Padre transforma vidas. Superó el duelo de perder a sus padres, gracias al acompañamiento de una parroquia.

 

Por Marianne Colmenárez

“Dios es experto en transformar las crisis en sueños… abre las crisis a perspectivas nuevas. Quizá no como nosotros esperamos, sino como Él sabe”. Lo dicho por el Santo Padre a los fieles y peregrinos de la Plaza San Pedro, lo confirma José Benjamín Melgar, un joven de Las Tablas, actualmente radicado en el corregimiento de Santa Ana, en la ciudad capital.

José migró a Panamá cuando apenas tenía 18 años para estudiar ingeniería mecatrónica, carrera que no pudo culminar porque se vio obligado a regresar a su pueblo para cuidar a su madre quien había enfermado de lupus, artritis y osteoporosis.

Mientras compartía con su hermana los cuidados de su mamá, intentó estudiar administración de empresas, pero tampoco pudo culminar; ya que se vio en la necesidad de apoyar a su padre vendiendo hortalizas. La salud de su madre había empeorado y la situación económica se tornaba más difícil.

“En el año 2021, perdí no solo a mi mamá, a los seis meses también muere mi padre como consecuencia de una tuberculosis miliar. Fue un golpe muy fuerte, perdí en menos de un año a quienes eran las columnas de mi hogar, casi me vuelvo loco del dolor, entré en total depresión.”

Para aliviar su duelo empezó a asistir a las misas en la iglesia Santa Ana, allí conoció al padre Alfredo Uzcátegui, quien le escuchó y le recomendó seguir frecuentando la parroquia. Gracias a la apertura y confianza del párroco Anel Sánchez empezó desde el año pasado a colaborar como voluntario en el comedor Jesús en los Pobres.

 

 La misión que cambió su vida para siempre

“Esta obra, y las necesidades de tanta gente de extrema pobreza, me ha permitido discernir sobre el para qué estoy en esta tierra y confirmo que mi misión es servir a Dios, solo a Él le pertenezco”, dijo.

Asiste los lunes al grupo Divina Misericordia.

José asiste de lunes a viernes desde las 8:00 a.m. hasta las 3:00 p.m. al comedor y en la noche asiste a la universidad, retomó el séptimo semestre de la carrera de Derecho y Ciencias Políticas.

Los sábados colabora como catequista de los niños en la capilla Don Bosco y en honor a su madre, quien era fiel devota de la Divina Misericordia, se integró al grupo de Santa Ana que promueve esta devoción.

Con mucha ilusión inició este año a formar parte de la Jornada Vocacional que promueve el Seminario Mayor San José. “Me siento en paz, sé que Dios me guiará y tiene algo bueno preparado para mí, me anima saber que cuento con el apoyo de mis familiares y amigos en este discernimiento vocacional”, reiteró.