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Ser Focolar es vivir la verdadera experiencia de familia

Ser Focolar es vivir la verdadera experiencia de familia

Que todos seamos uno, y trabajar juntos en la construcción de un mundo mejor empujados por la oración a Jesús, es la finalidad de los Focolares. Este movimiento eclesial católico, abierto al ecumenismo, tiene el compromiso de la construcción de relaciones fraternas entre individuos, pueblos y culturas.

 

Por Karla Díaz

Vivir para amar al prójimo, empezando desde la familia, es parte del carisma de la Obra de María, conocidos también como los Focolares. Un movimiento de nuestra iglesia católica  que busca ser parte de la construcción de un mundo impulsado por la oración al Señor, para que todos seamos uno solo.

Para lograrlo, consideran que el primer laboratorio es la familia, allí se aprende a amar y se lleva el amor de Dios a los lugares en donde no está.

Adriana Kenes, junto a su esposo Alberto Lombardo, forma parte del grupo que acompaña en la formación y orientación del resto de familias del movimiento. Destaca que una de las cosas que creen y que es fundamental es hacer viva la presencia de Dios, por ello son fieles creyentes de que en cada reunión a la que asisten  dos o más personas, Jesús está presente.

 

 “Somos personas comunes y corrientes, con defectos y demás, pero sentimos que si nos ponemos en esa disposición  de amar a Jesús, se hace presente y se lleva a adelante la realidad del amor que tanta falta hace hoy en las familias”, dijo.

 

En el movimiento de los Focolares hay un grupo de familias que se reúne, para juntos pensar, dialogar y comprender el significado de la presencia de Jesús en sus vidas, lo que más adelante sirve como guía para poder llevarlo a sus familias, a través de distintas iniciativas.

Una primera respuesta es Up To Me,  una formación que se da a niños y jóvenes con el objetivo de sembrar en ellos el hecho de que puedes hacer un cambio de vida.

“Hay que sembrar en las generaciones jóvenes, porque estamos convencidos de que muchas veces el niño,  adolescente o joven, vuelve su mirada a sus padres para lograr  hacer un cambio de vida”, destaca Pilar Borda.

 

Niñez y juventud, desde ellos se logran grandes cambios en la sociedad.

El grupo, que atiende a las familias, señala que si empiezan con la formación de niños y jóvenes, se pueden  llegar a hacer cambios de mentalidad y de vida dentro del núcleo familiar.

“Somos plenamente conscientes de que la familia está herida, en la sociedad panameña y mundial, por ello frente al enemigo, brindamos amor y defendemos a nuestras familias.

Otra iniciativa para las familias, que realizan los Focolares, es el Family Day, una idea que surgió hace 10 años, y que ha sido acogida con un significado muy especial, precisamente porque va en línea de la protección y defensa familiar.

Una vez al año se reúnen en un  parque de la localidad, casi siempre un domingo de verano para compartir como amigos, hermanos y como familia para entretenerse, pero también para fomentar  y fortalecer sus relaciones de amistad y familia.

La idea es demostrar que, de manera sencilla, estando unidos como familia se vive el amor, por lo que se realizan juegos, chistes, se comparten los alimentos y así se da testimonio de Dios.

“Sin decir una sola palabra vivimos el amor de Dios, los chicos juegan , cantan y está nuestro amor recíproco entre nosotros. Jesús se hace presente y donde Jesús está hay atracción, hay alegría. La gente siente que hay algo diferente”, dijo Pilar.

 

No dejan de lado la formación

En el movimiento de los Focolares hacen formaciones entre las familias responsables, con temas específicos. Además  traen expertos de otros países en temas de familia para brindar orientación, no solo a los grupos, sino que los ponen a disposición de la arquidiócesis para que compartan en pastorales y parroquias.

También se hacen retiros de espiritualidad. En el centro de la obra hay congresos de familias donde se reúnen por país y cada año es un tema diferente y profundo.

Otra de las cosas importantes en pro de las familias es que siempre apuntan a las nuevas generaciones. Cuentan con un curso “Up to me”, que es para jóvenes y adolescentes, pero también hay tutores para padres, es decir, es un trabajo que se realiza en unidad,  se les acompaña en temas como: afectividad y sexualidad.

 

Lo que inició como un compartir es ahora una tradición de los Focolares, el Family Day.

 

Un lugar especial para la prevención

También apuntamos hacia la prevención, pues les toca acompañar a familias en dificultad, en crisis o ya separados. En este sentido, han podido ver la importancia de acompañar a los novios, no tanto con cursos de formación prematrimonial, sino acompañando el noviazgo como tal.

“Que una pareja madura esté a su lado en ese caminar, que sientan que están en la libertad de hablar, preguntar y estar en esa sintonía, de entender juntos si realmente deben casarse o no”, dijo Adriana

Se da acompañamiento a las parejas jóvenes, los recién casados, pues se habla de lo lindo que es el matrimonio, pero los  primeros años son difíciles, momentos duros para las parejas.  También se les acompaña y se les refuerza para que fortalezcan la comunicación, economía, entre otros aspectos. Todo eso hace parte de la formación de todos los miembros de los Focolares, en donde la familia es primordial.