Canonización de Pablo VI

Canonización de Pablo VI

Pablo VI es un Papa casi olvidado; ha pasado desapercibido ya que su pontificado quedó en medio de dos lumbreras, hoy santos: Juan XXIII y Juan Pablo II. Fue un Papa “bisagra” entre una Iglesia tradicional y una más, adaptada al mundo moderno, lentamente pero sin descanso.

A la muerte del Papa Bueno, Juan XXIII, el concilio Vaticano II, aún no ha finalizado. En dos días, el nuevo Papa es electo. La elección recae en el Cardenal Enrico Antonio María Montini, como sucesor de Juan XXIII. Montini, entra al Conclave como Arzobispo de la Diócesis de Milán, la diócesis más importante de Italia, y sale electo como Pablo VI. Nacido el 26 de septiembre de 1897, murió sin haber cumplido los 81 años, la noche del 6 de agosto de 1978, fiesta de la Transfiguración del Señor.

Recae sobre sus hombros la difícil tarea de continuar y terminar el Concilio. Dos mil cuatrocientos entre cardenales y obispos, discuten la forma de cómo llevar a cabo el “aggiornamento” de la Iglesia. Los temas son variados; es complicado que, tendencias tan diversas, se pongan de acuerdo. Con paciencia y mucha sabiduría el Papa Montini logra acuerdos casi unánimes en todos los temas tratados. Hay un reducto de ultraconservadores, liderados por el Cardenal Lefevre, que termina separándose de la Iglesia, otros, teólogos liberales, como Hans Kung, siguen explorando más allá de la recta doctrina. El Papa Montini mantiene firme el timón entre modernidad y tradición.

El Papa Montini nos hereda una Iglesia con fuerte orientación hacia la modernidad; inicia un fuerte movimiento ecumenista, abre la Curia Romana, hasta entonces predominantemente italiana, a una Curia mas universal, llegando hasta una mayoría de Cardenales de otros países (32 cardenales no italianos y solo 4 italianos); viaja incansablemente por el mundo, visitando países en Europa, América, Asia; en África se detiene un mes entero; 9 viajes en 7 años. Inicia una imagen mas austera del Papado: vende la triple corona, utilizada hasta entonces por los Papas; da instrucciones precisas sobre su funeral, que sea sencillo, en un féretro de madera rústica, como el que vimos en Juan Pablo II, entre otras medidas de sencillez y austeridad; medidas que han sido retomadas por el Papa Francisco y llevadas hasta resultar incómodas a los tradicionalistas, como el Cardenal Burke, que les gustaría ver un Papa en medio del boato acostumbrado. Francisco retoma el modelo del Papa Montini y sus cartas y encíclicas son un reflejo del pensamiento del Papa Montini. Se puede decir que Pablo VI es el primer Papa de la renovación y modernidad de la Iglesia. “Tenemos que ser antiguos y modernos porque a qué sirve predicar la verdad si los hombres no nos entienden”.

“Debemos de sentir remordimiento, de ¿por qué este hermano se ha alejado, por-qué no fue suficientemente amado, cuida-do, introducido en la alegría de la fe? -quizás porque mirándonos a nosotros que la encarnamos, se ha sentido aburrido, por-que ha escuchado más consejos que invitación, porque ha percibido algún interés inferior en nuestro ministerio y se ha escandalizado. Hoy os pedimos perdón si no hemos sido capaces de hablar de Dios como es debido”. (Palabras de Pablo VI)

Como dato interesante que refiere la sencillez y humildad de este papa, en 1964 abandonó la tradición de llevar una corona ornamentada e incrustada de joyas, rompiendo con la tradición. La tiara pontificia fue comprada por 1 millón de dólares por el cardenal Francis Joseph Spellman, arzobispo de Nueva York (gracias al apoyo de los fieles católicos), y hoy se encuentra en exhibición en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, en Washington. El monto de la compra se destinó a poblaciones africanas, organizaciones de caridad y a la obra de Madre Teresa de Calcuta.