Caimito, es un hermoso sector campestre y pintoresco en el que la solidaridad está presente. La pena de uno, es la pena de todos e igualmente las alegrías y los triunfos son compartidos.
Su regocijo en estos momentos se acrecienta porque festejan la llegada de la imagen de quien es su santa patrona, la Virgen de la Medalla Milagrosa hace 50 años, un 1 de marzo.
Ese momento quedó tan marcado en el corazón de sus residentes, que celebran ese día la fiesta patronal, a diferencia de otras partes del mundo que la recuerdan los 27 de noviembre, cuando se le apare-ció a Santa Catalina Labouré, religiosa vicentina en 1830. Al igual que en Belén, el primer hogar en Caimito de la Virgen de la Medalla Milagrosa fue un humilde rancho, en el que se vivían con fervor las Eucaristías. Casi a la par se erigió la capilla, siendo este uno de los sitios donde todos convergen en feliz unión. La misma es admirada por su gentil y blanca belleza, que contrasta con el cielo azul. El catequista de confirmación Jimmy Reina, destaca la devoción que viven sus habitantes por la “Milagrosa”, que permite que tanto adultos como jóvenes se involucren en los detalles, desde la pintura hasta las flores que adornan el altar.
En las novenas que tienen este año como lema, «50 años madre de estar aquí», asisten como invitados a celebrar los párrocos de las comunidades aledañas.
Para este 1 marzo, tienen planeado actos culturales, procesión a las 6: 00 p.m. y a la 7: 00 p.m., la misa solemne en que la participarán fieles de las 22 comunidades vecinas. Los fuegos artificiales que iluminarán el firmamento serán en honor a la reina de reinas, Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.