Clero renueva promesas presbíterales en la celebración de la Misa Crismal

Clero renueva promesas presbíterales  en la celebración de la Misa Crismal

Eduardo Soto P.

Fotos: Omar Montenegro

Algunos devotos, en extremo celosos de las reglas, preguntaron ¿Por qué no celebraron la Misa Crismal el Jueves Santo, como es costumbre de hace siglos? ¿Por qué esperar tanto? La Iglesia respondió el 15 de marzo, de este año, esa pregunta.

Cuidadosa ante todo de la salud física y espiritual de los fieles, mediante un decreto la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, se dispuso todo lo relacionado a la celebración de Semana Santa.

En este documento legal, también se advirtió: “Considerado la rápida evolución de la pandemia del Covid-19 y teniendo en cuenta las observaciones recibidas, las Conferencias Episcopales podrán dar indicaciones sobre un posible traslado a otra fecha”.

En la República de Panamá, los obispos de la Conferencia Episcopal decidieron que cada diócesis determinaría la mejor fecha, dependiendo de la realidad sanitaria de cada lugar, lo que permitiría la asistencia de clero y pueblo.   

ENLACE DE MISA CRISMA 2020: https://vimeo.com/449649665 

El bálsamo de Dios

Celebrar esta eucaristía, en medio de la pandemia, hace de la liturgia un acto rogatorio. En la liturgia realizada, el monitor señaló: “Es providencial que celebremos la Misa Crismal en esta situación. Porque el aceite del olivo, que Dios nos ha regalado, se convierte en la liturgia de esta misa en bálsamo para nuestras heridas, en unción para nuestra fragilidad, medicina para nuestras enfermedades y victoria sobre la muerte”.

Y agregó: “Dios, buen samaritano, nos recoge como al herido del camino y busca confortarnos con algo que nuestro pobre barro necesita: la gracia de sus sacramentos”.

El arzobispo José Domingo Ulloa Mendieta echó mano de esta hermosa imagen y dijo: “Eso hacemos hoy, invocamos al Espíritu para que llene de la Vida del Ungido, el Cristo, la vida diaria de la comunidad cristiana”.

Catequesis

Monseñor Ulloa aprovechó la Misa Crismal para hacer docencia, aprovechando la transmisión que se hizo por radio y televisión.

Habló de la característica y función del Crisma y cada uno de los aceites, que ese día también se distribuyeron a cada párroco y sacerdote de la arquidiócesis.

Además de explicar la utilidad de cada óleo, el Arzobispo también abundó sobre la realidad divina de los sacramentos en los que se hace uso de ellos.

Monseñor Ulloa citó al Papa Emérito Benedicto XVI: “La esencia del sacramento está precisamente en que se toca en lo visible al Invisible, que lo visible palpable abre la puerta a Dios mismo”. (Benedicto XVI. Apertura Congreso Diocesano Roma, Mayo 09 1 Benedicto XVI. Apertura Congreso Diocesano Roma, 26 mayo 2009).

Acción de gracias

El Arzobispo también aprovechó que tenía a casi todo el clero arquidiocesano, en la Catedral Basílica Santa María la Antigua, para agradecerles por su labor misionera durante esta pandemia.

Los presbíteros, “de manera especial en este tiempo de pandemia, han cumplido como todos la responsabilidad de aislarse, para no poner en riesgo su vida y la de los demás. Pero, como saben muy bien, han estado siempre disponibles a ofrecerles lo que necesitan. Aun a riesgo de contagiarse, como ha sucedido con más de 10 sacerdotes en la Arquidiócesis”, señaló Monseñor Ulloa Mendieta.

En un momento especial de la Misa Crismal, los sacerdotes renovaron las promesas que le hicieron a Dios cuando se ordenaron, y aceptaron unirse “íntimamente a Cristo, renunciando a sí mismos”.

El arzobispo recordó a los sacerdotes la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos, y hacer presencia en el mundo digital.

“Ya ustedes queridos sacerdotes han dado un paso importante, no podemos volver atrás cuando pase la pandemia”, indicó.

La preparación de los óleos

Elías Osorio, del Departamento de Liturgia de la Arquidiócesis, explicó que para preparar los óleos sagrados tradicionalmente se ha utilizado tres perfumes esenciales: nardo, rosa de oto y jazmín.

Como en Panamá se agotó el nardo, este año han usado el bergamot como suplente.

Osorio explicó que desde el mes de febrero se tenía todo el material necesario para la confección de los óleos, pero la situación surgida por la pandemia provocó que se confeccionaran en junio.

Como la Misa Crismal se volvió a trasladar de junio a agosto, labor de esta semana fue solo de separación en bolsas plásticas con doble cierre (por bioseguridad), pues ya todo estaba envasado.

Nuevas cantidades

Es fácil pensar que debido a la emergencia sanitaria, que viven el mundo y Panamá, habría que aumentar la cantidad de óleo de los enfermos, pero Osorio explicó que, si bien se aumentó la producción, la medida ya estaba dispuesta desde antes que se supiera del nuevo coronavirus.

Desde el año pasado, las solicitudes de las parroquias habían aumentado, señaló el liturgo, quien explicó que hasta la fecha se habían usado dos galones de cada esencia para confeccionar los óleos, pero el pedido subió a tres galones de cada uno.

“El año pasado, el Santo Crisma se nos agotó en el mes de septiembre, y el óleo de los enfermos también. Por esa razón, este año hicimos los ajustes”, subrayó Osorio.

¿Qué se bendice durante la Misa Crismal, que preside el Obispo de cada diócesis? 

SANTO CRISMA: consagra los cuerpos y llena de alegría, para irradiar en la propia vida la santidad de Dios

Óleo de los catecúmenos: da fuerza a los que van a reciben el bautismo y puedan renunciar al diablo y al pecado.

Óleo de los enfermos: remedia las dolencias del alma y del cuerpo de los enfermos, quienes reciben protección y alivio de Dios.