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Comencemos a evangelizar en casa

Comencemos a evangelizar en casa

Muchos jóvenes entran a pastoral juvenil o a algún movimiento por otros amigos, otros porque su catequista de confirmación los motivó o simplemente por curiosidad. En ciertas ocasiones los padre influyen en esta decisión, pero la realidad es que la mayoría de los adolescentes ingresan por sus propios medios o por invitaciones de otros chicos, ya sea por asistir a algún retiro o encuentro o porque conocen a miembros de la pastoral de su colegio, barrio o universidad.
El hecho de que jóvenes evangelicen jóvenes es perfecto, sin embargo, algo ocurre en ciertas ocasiones cuando el joven ha ingresado a un grupo y su familia en casa no está involucrada en las actividades o de la parroquia o ni siquiera va a Misa. En lugar de apoyar al chico, le restringen las asistencias a las formaciones, no confían en los retiros o encuentros juveniles y hasta castigan o prohíben salidas al Templo, muchas veces por desconocer la labor que se realiza o cómo se maneja el grupo juvenil y lo que su hijo o hija está aprendiendo o cultivando en estos grupos. Es aquí donde entra la necesidad de que el joven evangelice en su propio hogar. Muchas veces los padres de familia no apoyan que su hijo esté en pastoral juvenil porque no conocen lo que allí se hace o porque su vida espiritual no es tan activa como la de sus hijos. Por eso, los jóvenes deben ser los primeros en motivar a sus padres a que los acompañen a misa, conozcan sus líderes juveniles y estén abiertos a la escucha para que sus hijos puedan contarles qué hacen en la Iglesia y cómo es su proceso de formación. Esto ayudará a que la familia comprenda la necesidad del joven en acudir a las actividades y acercará más a los padres a la Iglesia, porque no hay nada más lindo que ver una familia completa que ora y alaba a Dios unida y bajo una misma fe.