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Como el motor de un auto que se desgasta

Como el motor de un auto que se desgasta

El amor es una aventura, un camino, un viaje … Pero a veces pasados los primeros cinco años y al acercarse a los 10 o 15 años de relación en la vida de pareja pueden haber fallas, tan igual a las de un motor que se desgasta. Así mismo sucede con la vida matrimonial si no van a revisión, seguramente esta vida requiera «engrasarla».

Revisar algunas «piezas desgastadas» de la relación, limpiar y purificar los «engranajes» del amor, ajustar mejor las «correas» de la co­municación, alinear la «dirección», inflar la «llantas» del día a día, embellecer las «molduras» de la mutua ternura; son algunos de los hábitos que no conviene perder de vista para que la relación de pareja funcione.

¿cómo reconocer y modificar los comportamientos que nos impiden acoger al otro plenamente? ¿cómo damos cuenta? ¿Quién nos avisará? ¿cómo no dar por hecho que algunos hábitos son inadecuados? Y ante todo, ¿cómo darnos cuenta a tiempo de que hay un posible fallo que podría ser serio y generar una ruptura?

Si ambos acostumbran a apoyarse uno al otro en sus respectivas metas y se muestran honra y respeto, el vinculo matrimonial conserva su fuerza. Pero no olvide que igualmente requiere una revisión. Para que un auto aguante el paso del tiempo, se necesita un buen programa de mantenimiento.

Siempre la rutina, las inconformidades, la escasa comunicación y la frustración pue den acabar con el amor y el cariño en el matrimonio. Cierto, no es fácil lograr que el matrimonio sea feliz siempre. Sin embargo, cuando ambos cónyuges se esfuerzan por tener presente a Dios en su relación, reina­rán la felicidad y la confianza.