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Comunidad de jóvenes adultos, otra alternativa

Comunidad de jóvenes adultos, otra alternativa

¿Qué pasa cuando el joven va encaminado a la adultez, y tiene que dejar el grupo juvenil? ¿qué puede hacer?

 

Por Karla Díaz

Aunque sabemos que la Iglesia ofrece muchas opciones en las que los jóvenes adultos podrían participar, puede que no se sientan acogidos en algunas, o sencillamente no sea su vocación, por eso es importante no dejar de acompañarles.

En la parroquia San Gerardo Mayela existe una comunidad de Jóvenes Adultos que nació con la intención  de atraer a personas que no estuvieran participando activamente en la parroquia, por su edad ya no entraban en grupos juveniles, pero tampoco se sentían acogidos en grupos de personas mayores.

 

Este grupo tiene ya 10 años y se han consolidado como una familia, en la cual intenta vivir en unidad; se comparten experiencias de vida, las alegrías y las tristezas.

 

Patricia Pinzón  pertenece a la comunidad desde el 1 de mayo de 2013, día en el que tuvieron su primera reunión, y para ella ha sido hermoso poder compartir y convivir con otros hermanos dentro de este especial grupo.

“Nos formamos continuamente con temas, dados entre nosotros mismos, acerca de la vida de Jesús, la Iglesia, los santos, entre otros. Además, nos integramos y participamos en las actividades parroquiales, como novenas, Semana Santa, Adviento, es un bonito compartir”, dijo.

En este grupo no hay reglas definidas, pues lo importante es que la persona tenga un espíritu joven, con sed de Dios y en búsqueda constante de crecer espiritualmente en la fe.

En la comunidad escogen un coordinador cada dos años para mantener al grupo y las actividades organizadas,  pero todos los miembros activos toman las decisiones en consenso.

Patricia ha llevado adelante este rol y destaca que las reuniones son semanales; inclusive durante la pandemia no se detuvieron y se reunían virtualmente.

“Estar en este grupo es una opción que vimos para pertenecer activamente a la parroquia, y es, además, una opción para jóvenes que al salir de Pastoral Juvenil no encuentran sitio en las demás pastorales, que tal vez tengan otros objetivos, que a nuestra edad no nos hagan sentir identificados”, resaltó.

Sin embargo, agrega que muchos de ellos también participan  en otras pastorales como: Pastoral Social, Lectores o Liturgia, Coro y otros son catequistas.

 

“La comunidad ha sido un oasis para mí”

Gabriela Díaz Arango, actual coordinadora del grupo, recuerda cómo hace 10 años asistió a su primera reunión. Siendo una joven que había cumplido su proceso regular en la fe, bautismo, primera comunión y confirmación, no sentía atracción alguna por ningún grupo dentro de la parroquia.

Comparten en actividades, siempre enfocados en el crecimiento espiritual.

Hasta que la muerte de su amado bisabuelo tocó a la familia y fue en una de las misas de novenarios, que el padre Rodolfo García hizo la convocatoria para personas que quisieran pertenecer a un grupo dentro de la parroquia para servir, ayudar y conocer más a Dios.

“Me llamó la atención y decido asistir, y desde ese día  para  mí, la comunidad representa el apoyo, el alivio y  la familia en la fe que indudablemente ha sido refugio y  oasis en medio de tantas circunstancias, en las buenas, malas, en los triunfos, en las tristezas. En mi vida representa ese pedacito de cielo, ese Dios sin el que no me veo y al que le respondo cada vez que me llama”, puntualiza Gabriela.