Hubo una vez un Pastor, de gran estatura y corazón grande, amante de la Iglesia a la que sirvió con entrega generosa, hasta que la enfermedad nos lo arrebató, monseñor Marco Gregorio McGrath, es su nombre.
A él se debe la iniciativa pastoral de congregar en torno a la Eucaristía a toda la comunidad eclesial. Sucedió por primera vez en la ciudad de Panamá en 1971, cuando los aires de renovación conciliar nos empujaban a mirar los signos de los tiempos que reclamaban un nuevo modo de ser Iglesia no aliada con el poder sino, “pobre entre los pobres”. En aquella ocasión, junto a Mons. McGrath, arzobispo metropolitano de Panamá, se congregaron los obispos panameños, exigiendo a las autoridades justicia para el padre Héctor Gallego, desaparecido en circunstancias extrañas en las montañas de Santa Fé de Veraguas.
Este encuentro eclesial eucarístico terminó, con el paso de los años, por ser imitado por los obispos de todo el país en sus respectivas demarcaciones territoriales.
La Cita Eucarística reúne a las parroquias de la Iglesia particular para celebrar en un día señalado una sola eucaristía. Celebramos con gozo el misterio de la Iglesia, Cuerpo de Cristo, una en la diversidad de sus miembros. De este modo, en torno al sacramento del altar, se fortalecen los vínculos de la unidad y de la paz compartiendo aquel alimento donde Cristo se queda con nosotros como viático para el camino y prenda de la vida futura.
Nuestra Cita Eucarística, que tuvo lugar en el IPT de Finca 6 en Changuinola, se celebró el domingo 27 de agosto y se le quiso dar una impronta agustiniana recordando en este día a Santa Mónica, madre de San Agustín. Como novedad incorporamos la procesión eucarística y un acto cultural al concluir la Misa.
Y aunque se suspendió el servicio de energía eléctrica, con el auxilio de una planta, pudimos resolver el inconveniente y vivir un domingo gozoso en torno a la Eucaristía, fuente y cima de la vida eclesial.