El recién ordenado Giancarlos Candanedo estuvo en su parroquia San Judas Tadeo, en un diálogo fraterno con los muchachos de la Pastoral Juvenil.
Por Marianne Colmenárez
“Así como Jesús no esperó a que los apóstoles se convirtieran en hombres valientes para enviarlos a la misión, así tampoco esperó a que yo fuese perfecto para llamarme a la vocación del sacerdocio, no soy santo, ni lo seré hasta el día que me muera”.
Con estas palabras, el padre Giancarlos exhortó a casi 100 muchachos de catequesis de confirmación y del Movimiento EJE, que asistieron a un encuentro denominado Pentecostés Juvenil, celebrado en el colegio Parroquial San Judas Tadeo.
En palabras sencillas profundizó en el tema de la vocación, les invitó a vencer los miedos y a vivir con alegría las cotidianidades de la vida.
“Dios les enviará precisamente cuando están más asustados, es maravilloso ver como el Señor responde frente al temor con una llamada, una vocación. Él conoce nuestras debilidades, faltas, complejos, errores y limitaciones, se vale de nosotros para hacernos su obra”, afirmó.
Con su familia Tadeísta celebró la primera Eucaristía en suelo istmeño. Una ceremonia cargada de muchas emociones.
Camino de fe
El pasado 20 de mayo, en la Basílica de San Eugenio en Roma, Giancarlos Candanedo fue el único panameño ordenado al sacerdocio de un grupo de 24 muchachos de distintas nacionalidades y edades.
Aunque Gian, como le dicen sus familiares, siempre estuvo activo desde muy jovencito en su parroquia y en las actividades del Colegio La Salle, su paso por el Movimiento EJE le comprometió más con su fe permitiéndole vivir momentos inolvidables, de esos años quedaron sus grandes amigos.
“En el 2005 leí un libro que hablaba mal de la Iglesia y del Opus Dei, me causó curiosidad y escribí a la página web, me contactaron, los conocí y dos meses después me integré”, expresó.
Según comparte, su entrada al Opus Dei le permitió confirmar que se puede ser santo, buen católico en la vida ordinaria. “A los 26 años sentía que Dios me pedía más y fue cuando dije sí, a su llamada e inicié mí proceso de discernimiento desde Roma”.
Durante los ocho año y medio que lleva viviendo en Italia, estudió teología, hizo una licenciatura y un doctorado en Derecho Canónico.
“No todos están llamados a la vida sacerdotal o a la vida religiosa, pero sí todos estamos llamados a ser buenos hijos de Dios, a ser apóstoles y para lograrlo debemos ser muy alegres”, aseguró.
Tan real como tú
¿Cuáles son sus deportes favoritos?: Me gusta correr y caminar en la montaña.
¿Un pasatiempo?: La lectura, definitivamente debemos leer.
¿Cuál comida prefiere? La panameña, la disfruto muchísimo.
¿Qué hacía con tus amigos?: Me encantaba ir al cine, bailar, cenar, siempre estar para ellos.
¿Qué música prefiere?: Salsa y merengue, ahora solo escucharla, ya no bailo.
¿Cuántas novias tuvo?: Ehhh, perdí la cuenta. Realmente 4 novias.