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Creer en Dios en tiempos de cuarentena

La moda del Dios que no existe o ha enviado el coronavirus porque no le importa la humanidad, o quiere castigarnos por todos nuestros pecados. Es importante que nosotros, estemos claros en ser esa esperanza que el mundo necesita, porque tal vez tu vida, como decía un gran Santo, sea la única Biblia que ese amigo tenga. 

Los cristianos vivimos con la esperanza de un mundo mejor, aún por venir. Esto no quiere decir que en el presente no nos preocupemos por tener un mundo mejor para todos, sino que hacemos lo mejor que podemos en el presente, pero también esperamos la segunda venida de Jesús, en donde por fin disfrutaremos de la plenitud de la vida que Dios quiere para todos nosotros. Brian Dailey definió, acertadamente, la escatología o estudios del futuro de esta manera: “La esperanza de los creyentes de que el estado incompleto de su experiencia presente con Dios será resuelto, su sed presente será saciada, su necesidad presente de liberación y salvación será satisfecha”. Las tres virtudes cristianas son la fe, el amor y la esperanza. Nuestra fe en Cristo nos sostiene, nuestro amor por Dios y por los demás nos define y nuestra esperanza nos alienta a seguir adelante en medio de las dificultades. En las circunstancias a las que nos enfrentamos estos días, lo animo a que juntos unamos al clamor del apóstol Juan al recibir la promesa de Jesús al final de las Escrituras: “El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús” (Apoc. 22:20).