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Cristo vuelve a nacer

Cristo vuelve a nacer

La Navidad nos desafía a abrir nuestras puertas y corazones.

 

Por Monseñor José Domingo Ulloa M./Arzobispo de Panamá

En esta Navidad celebramos el Nacimiento de Jesús, quien nos abre las puertas a un amor divino infinito, capaz de transformar los corazones y renovar nuestras vidas. La luz que brilla desde Belén ilumina nuestra existencia y nos impulsa a caminar con esperanza, construyendo una sociedad más justa y solidaria.

El Plan Pastoral 2025 de nuestra Iglesia Arquidiocesana nos inspira con su lema: “Con Cristo, peregrinos de esperanza, en comunidad sinodal”.

Este lema cobra sentido en Navidad, porque nos recuerda que el Emmanuel, el Dios-con-nosotros, viene a nuestro encuentro para darnos esperanza y renovar nuestra fe.

Como nos dice la Bula del Jubileo de la Esperanza del papa Francisco, estamos llamados a ser peregrinos de esperanza, caminando juntos hacia una vida más fraterna y reconciliada.

 

La Navidad es un punto de partida: nos llama a mirar hacia los demás, especialmente a los más necesitados, y a desprendernos de nuestras comodidades y egoísmos.

 

La esperanza cristiana no es un simple optimismo, sino una certeza nacida de la fe en Jesús. Él, que nació pobre en un pesebre porque no había lugar en la posada, nos enseña que la verdadera riqueza está en el amor compartido y en la entrega generosa.

Hoy, muchos siguen sin encontrar lugar: los pobres, migrantes, enfermos y familias sufrientes. La Navidad nos desafía a abrir nuestras puertas y corazones con solidaridad y compasión.

En esta Navidad, seamos testigos de unidad y amor, empezando en nuestras familias. Allí donde hay perdón y diálogo, Cristo vuelve a nacer y nos trae su paz.