Los sacerdotes y religiosas están llamados a acompañar y guiar el pueblo de Dios. Como todo ciudadano tienen el deber de dar a conocer su opinión ejerciendo el derecho de libertad de opinión.
Redacción
En los últimos meses, la política ha sido un tema de conversación al rojo vivo, debido a los problemas que han hablado por sí solos, la corrupción, pero sobre todo, ataques de muchas personas, incluso católicas que, con su derecho a la libertad de expresión, dicen que los fieles que asisten a una iglesia o los sacerdotes u obispos no deben opinar en temas políticos ¿tienen razón?
Pongamos en práctica la Palabra de Dios al defender nuestra postura.
Veamos. Si hablamos de apoyar o simpatizar con un candidato político, es una decisión muy personal de todo panameño. Sin embargo, tanto sacerdotes, religiosos o religiosas están llamados a acompañar y guiar el pueblo de Dios; y lo hacen para iluminar la realidad de temas que interesan a la población, tanto en el ámbito, político, económico y social, de manera particular aquellos que van en contra de nuestras creencias.
No se puede permanecer callado ante la corrupción, las injusticias sociales. Tenemos el deber de dar a conocer nuestra opinión ejerciendo el derecho de libertad de expresión. Y no es que se tenga varias caras: una dentro de la iglesia y otra en la calle. Estamos llamados a defender nuestras posturas, pero sobre todo, nuestras creencias porque si no lo hacemos nosotros ¿entonces quién lo hará? Claro que con mucho respeto por los demás. También debemos tener mucho cuidado con olvidarnos de la Palabra de Dios a la hora de defender nuestra opinión, pues es nuestro referente. No tengamos miedo de hacerlo, pero con amor y respeto, con nuestra identidad de católicos en defensa de nuestros valores cristianos.
