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Dejando el hábito de vivir como esclavos de las deudas

Dejando el hábito de vivir como esclavos de las deudas

Al seguir principios bíblicos y adoptar hábitos financieros saludables, cualquier persona puede vivir con paz y libertad, siendo buenos administradores de lo que Dios les ha dado.

 

Por Marianne Colmenárez

En la actualidad, muchas personas encuentran difícil llegar a fin de mes con lo que han cobrado y, por lo tanto, recurren al endeudamiento. Este comportamiento está altamente influenciado por el ambiente y las redes sociales, que constantemente las bombardean con mensajes que incitan al consumo.

La tentación de comprar lo que otros tienen puede llevarlas a gastar más de lo que realmente pueden permitirse.

El padre Remigio Santana, párroco de la iglesia San Pedro Apóstol, destaca que las dificultades financieras no son producto de las oportunidades, sino de las decisiones equivocadas tomadas por falta de conocimiento.

“El uso inadecuado de productos crediticios o promociones puede convertirse en una dificultad para la persona y su familia, especialmente si dependen de esta”, afirmó el sacerdote.

Aseguró que el manejo de las finanzas personales es fundamental para evitar momentos de crisis económica en la vida.

 

“Administrar es un proceso de enseñanza y aprendizaje; no nacemos sabiendo. Lamentablemente no se enseña ni en casa ni en la escuela. Cada quien maneja su patrimonio como le parece”, expresó.

 

Agregó que esta formación no se limita a enviar a los niños a la escuela formal, sino que implica proporcionar en el hogar las instrucciones necesarias para que los hijos crezcan con el conocimiento suficiente, de modo que puedan administrar incluso el tiempo de su propia vida.

 

No caer en la tentación de las TC

Las tarjetas de crédito pueden ser una herramienta útil, ya que puede comprender un real beneficio para hacer pagos o compras puntuales, con la particular característica de que pueden devolver ese dinero posteriormente en el número de cuotas que elijas en los próximos meses.

El uso de la tarjeta de crédito conlleva una gran responsabilidad financiera.

Sin embargo, para Mariangélica Lasso, tanatóloga y agente de la Pastoral de Salud de la parroquia Saint Mary´s, es crucial tomar precauciones para evitar caer en el mal uso de estas y en la trampa de las deudas.

Lasso asegura que los problemas financieros pueden provocar estrés y graves enfermedades en el organismo. “En las reuniones que tenemos hemos hablado con personas que por este tipo de crisis son afectadas en todas las facetas de la vida. Constantemente se encuentran consumidos por la cantidad de dinero que tienen o no, pensando cómo van a mantener sus hogares, con las deudas no les alcanza el dinero”.

 

Estar contentos con lo que tenemos

“La enseñanza bíblica nos muestra que la forma en que manejamos nuestro dinero afecta no solo nuestras relaciones personales, sino también nuestra relación con Dios”, dijo Mariangélica.

 

Afirmó que la Palabra de Dios enseña a estar contentos con lo que se tiene. “Las sagradas escrituras nos recuerda la importancia de la satisfacción y la gratitud, independientemente de nuestras circunstancias materiales”.

 

En Filipenses 4:11-13, el apóstol Pablo escribe: sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, tanto para estar saciado como para tener hambre, tanto para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

 

¿Cómo salir de las deudas?

Oración: Pida a Dios sabiduría y guía. El mismo Dios que proveyó para la viuda, está interesado en ayudarle a liberarse de sus deudas. Confíe en que Él iluminará el camino, ya sea para actuar de inmediato o poco a poco.

Establezca un presupuesto: Haga una lista de todos sus activos y pasivos. Priorice pagar las deudas pequeñas primero, y luego aborde las que tienen mayores tasas de interés.

Considere un cambio radical en su estilo de vida: Ajuste sus hábitos de consumo y considere la posibilidad de vivir de manera más modesta.

Honestidad: Sea realista sobre su situación financiera y evite los consejos de adivinos o soluciones rápidas que prometen resultados milagrosos.

Equilibrio en sus tiempos: No sacrifique el tiempo con su familia por trabajar en exceso. El equilibrio es clave para una vida saludable y plena.

Mantenga el espíritu de generosidad: Aunque esté endeudado, no deje de ser generoso con su familia, los pobres y la Iglesia. La generosidad es una expresión de fe y confianza en la provisión de Dios.