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Cristo de Alanje, peregrinaje de amor

Cristo de Alanje, peregrinaje de amor

Al santuario llegan peregrinos nacionales y extranjeros. Su devoción no se circunscribe a la Semana Santa, sino que durante todo el año, los fieles llegan a Alanje para venerarlo.

 

Por Elizabeth Muñoz de Lao

Cada año, miles de peregrinos caminan hacia el santuario de Alanje, en la provincia de Chiriquí, para agradecer sus favores y pedir al Crucificado por sus necesidades.

Según explicó Nairobi Smart, colaboradora del santuario, la Semana Santa es el culmen de la manifestación de amor y agradecimiento al Cristo. “En Alanje no celebramos esa semana, sino que la vivimos por devoción y por la gran cantidad de gente que mueve el Crucificado”, explicó.

El Santuario de Alanje, a donde llegan los feligreses.

Sin embargo, la peregrinación no se circunscribe a Semana Santa o a septiembre, cuando se celebra la fundación del distrito. Durante todo el año se reciben peregrinos en el santuario.

No hay una fecha específica para celebrarlo a Él, pero en septiembre, el Cristo hace un recorrido en los 19 corregimientos que conforman el distrito. Todas las capillas y los grupos pastorales se preparan para recibirlo y la gente espera su visita en cada comunidad durante tres días de romería: viernes, sábado y domingo, cuando retorna al templo.

 

También acude gente de México, Brasil, Canadá, Colombia, Estados Unidos y Centroamérica a visitar al Cristo de Alanje.

 

En la provincia, los creyentes caminan desde Puerto Armuelles, Concepción, Tierras Altas, David. Un punto de encuentro regular es la iglesia Del Carmen, para luego tomar la vía a Querébalo hasta llegar a Alanje. Además, utilizan la ruta del cruce de Boquerón.

El Viernes Santo se hace la Adoración de la Santa Cruz y es el primer momento del año en que se baja al Cristo de la Cruz. El segundo es para el recorrido de septiembre. Jóvenes de las pastorales crearon un grupo llamado “Las Voces del Santo Cristo”, que le cantan para poner sus dones a su servicio.

Hay otra imagen, al lado del altar, que es la del peregrino. Esa se lleva a los velorios a solicitud de los dolientes, y es la que recibe las muestras de amor y devoción de sus fieles.       

 

Los fieles tocan la imagen del peregrino, que reposa en una urna que se abre, pero la pintura de su rostro se deteriora.

     

Su historia

El Cristo fue encontrado en una casa en las sabanas del río Chico. Cuenta la historia oral que, entre 1591 y 1821, llegó un señor que no se sabe quién era, solicitando un árbol de naranjo. Cuando lo consiguió, se metió en una casa abandonada y solo se escuchaba su trabajo al tallar la madera.

Imagen del peregrino, al lado del altar.

Los moradores decidieron dejarle comida en la puerta, pero no lo veían. Cuando dejaron de percibir el ruido, decidieron entrar y allí encontraron la imagen y la trasladaron al templo, hoy su santuario. El visitante no estaba.

Según escritos encontrados, años antes, los indios habían atacado el poblado y tomado como prisionero un clérigo español de la Orden Franciscana. Lo raparon y dejaron a lo vivo la piel de su cabeza, lo ataron a un palo, bailaron a su alrededor y lo quemaron. Se dice que, mientras esto pasaba, él oraba para que, algún día, la gente de Alanje comprendiera el amor que Jesús le brindaba. Se cree que este fue el mismo hombre misterioso que talló el Cristo.

Allí se edificó el templo. Desde entonces, la veneración del pueblo ha aumentado.