Dejar de lado “la taquilla

Es humano el afán de ser, de situarse, de querer estar sobre los demás. Parece tan natural convivir con este deseo, que lo contrario se etiqueta en nuestra sociedad como “idiotez”.

Quien aspira a más, quien se sitúa por encima de los otros, quien se sobrevalora, es considerado “lo máximo”; pero quien haga lo contrario, es tachado a veces de “tonto” en este mundo tan competitivo e idólatra.

Cristo nos propone para esta semana algo en contravía. Nos dice que para que seamos felices de verdad, debemos rechazar la tentación de ser primeros, y nos hagamos servidores.

El consejo de Jesús debe convertirse en la práctica habitual del cristiano. El lugar deldiscípulo, del seguidor de Jesús es, por libre elección, el último puesto. Huir de “la taquilla”, como dicen los jóvenes de hoy; dejar la pose y ya no llamar tanto la atención. La consecuencia de este desapego a los primeros lugares es la libertad, y el amor real a uno mismo y al otro.

Esta libertad nos permite actuar con los demás, movidos por la transparencia y el afecto verdadero. Rechazo hacer esto, solo para que tú me des aquello. En realidad nos ha de mover el servicio y la entrega.

Esta semana, pues, elijamos alguien a quien servir, sin hacer mucho ruido ni darnos golpes de pecho para que todos se enteren. Algo tan sencillo como darle el puesto a alguien en el bus, en el metro, ¡o en el templo!

siete días con esa generosidad

que no busca ser recompensada. Celebremos

la vida esta semana con quienes

nadie la celebra ,y con aquellos de los que

no se puede esperar nada porque nada tienen,

y ni siquiera nos pueden aplaudir. Es

hora de dar sin esperar nada a cambio, tal

como nos pide el Maestro.

¡Ánimo!