Por ser esposos ¿debemos asistir al mismo movimiento?

Por ser esposos ¿debemos asistir al mismo movimiento?

En un seminario de parejas realizado en una parroquia, una de las participantes me realizó esta pregunta: ¿Mi esposo y yo debemos asistir a mismo movimiento o apostolado en la parroquia? Estaba delante de unos 50 matrimonios y en ese momento el silencio fue tenebroso.

Lo primero que pensé fue en los carismas del Espíritu Santo y pude responder: “Dios nos ha creado a su imagen y semejanza; nos creó diferentes, pero iguales; cada persona es diferente, el Espíritu regala carismas diferentes, pero iguales para servir a la misma Iglesia”.

Ahora quiero explicarlo con más detalles. “Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo” (1Cor 12,4).

El matrimonio está conformado por dos personas diferentes en todo, en su anatomía, en la manera de pensar, actuar, sentir, expresar, interpretar, mirar y escuchar. Lo más saludable es que ambos disfruten de la compañía y que se sientan en libertad de tener sus propios espacios, amigos, carismas, pasatiempos e intereses fuera del matrimonio.

No es una obligación asistir juntos al mismo movimiento; por estar casados no están obligados. Si es deseo de ambos asistir, participen juntos del mismo apostolado y juntos hagan un camino de fe. Al final hacerlo juntos o separados, es producto de una decisión conyugal que les mantenga unidos en el amor, y unidos en la fe como sacramento que son.

Cita para iluminar:

«Del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, con ser muchos, forman un cuerpo, así también Cristo.» (1Cor 12, 12).