Ante el hecho de violencia ocurrido, el 16 de agosto, en el que quedó gravemente herido el joven transgénero Juan José Rodríguez, el Centro San Juan Pablo II reunió en una Vigilia de Oración a todo aquel que quiso alzar su voz por la justicia y por el respeto a la dignidad humana.
Por Marianne Colmenárez
Con la seguridad de que Cristo está siempre del lado de los marginados, de los pecadores y de los abandonados por la sociedad, Ariel López, director del Centro de Orientación y Atención Integral San Juan Pablo II, no dudó en ofrecer la sede ubicada en Calidonia como punto de encuentro para llevar a cabo el pasado 17 de agosto, la Vigilia de Oración por Estrella; el joven trans, víctima de una fuerte golpiza.
Comenta que Juan José, quien aún se encuentra en delicado estado de salud, asistió en varias oportunidades al centro en busca de alimentos y para recargar su teléfono celular. “Nos pusimos a disposición de su mamá, para cualquier apoyo que esté necesitando”.
“Desde hace siete años atendemos a los hermanos que viven en situación de calle y a la población de personas trans. Sin juzgar a nadie, damos la oportunidad de asistir a esta obra de misericordia, aquí reciben alimentos, ropa, pruebas de VIH y la invitación de acercarse a la misericordia de Dios”, afirmó López.
Presentes en la vigilia
Sin importarle las críticas y hasta comentarios burlescos de conocidos que le vieron por las redes sociales, el sacerdote Domingo Escobar, director de la Casa Hogar Buen Samaritano, se hizo presente en la Vigilia para orar, pero también para alzar su voz que exige justicia y respeto a la dignidad humana.
“Cuando nos enteramos de esta barbarie cometida, nos dimos cuenta de que urge la necesidad de hacer una reflexión profunda acerca de los niveles de violencia que hemos llegado en nuestro país”, expresó.
El presbítero hizo un llamado para que estos actos no se vuelvan a repetir. “Que se reivindiquen los derechos de Juan José y de todas las personas que han sido víctimas de violencia”, destacó.
Llamados a ser una Iglesia de puertas abiertas para todos.
El padre Domingo recordó a quienes hacen vida e incidencia cristiana que deben caminar junto a los marginados tal como lo haría Cristo. “Debemos estar a lado de los más pobres, de los que no tienen voz, de los que son ultrajados en nuestra sociedad”.
“Pedimos al Señor por su pronta recuperación y nuestra solidaridad hacia su madre. No es necesario conocerlos para manifestar nuestra cercanía. Dios que ve en lo secreto sabe que estuvimos allí como creyentes de la justicia, creo que un mundo mejor es posible mediante el compromiso de todos”, recalcó el sacerdote.
¿Por qué tanta violencia en nuestras calles?
El médico psiquiatra Gaspar Dacosta asegura que hay altos niveles de frustración en la población y poca tolerancia. Explica que las personas tienden a buscar solución inmediata a su frustración, y eso lo logran a través de la agresión a otros o la agresión de sí mismo a través del consumo de alcohol u otras sustancias que cambian el estado de ánimo o inclusive, a través de la evasión de la realidad.
“Lo que estamos viendo en el caso de Estrella, o en los conflictos entre policías y ciudadanos y en tantos casos de violencia doméstica, es que las personas no están sabiendo manejar sus emociones. La gestión emocional se logra primero a través del autoconocimiento y segundo, en la valoración del otro como un ser importante”.
Para el especialista en salud mental, es necesario desarrollar el altruismo y enseñar a las nuevas generaciones y a nosotros mismos la importancia de soñar, de creer en un mundo mejor y que esos sueños se pueden transformar en metas y realidades.
