A lo largo de la historia el pueblo de Dios se ha visto enfrentado a variadas dificultades, como terremotos, guerras, pandemias. Cada vez que la humanidad se ha enfrentado a una situación que escapa al control humano, el hombre tiende a lo “espiritual”
Comisión Arquidiocesana de Catequesis
Hacer un alto y querer plantearse cómo abordar un proceso de catequesis frente al “hombre” de hoy, que solo se puede hacer siendo consciente de lo que ha tenido que vivir y asumir esta generación. Cada uno de estos acontecimientos es una oportunidad que conlleva cambios profundos, a partir del primer encuentro físico con el otro, la demostración de los afectos, el lenguaje y los medios por emplear para comunicarse. Debemos tener respuestas claras y sencillas ante las inquietudes de los catequizando.
No podemos seguir siendo instructores del Evangelio. La catequesis, hoy más que nunca, demanda catequistas que transmitan el sentido de ser hermanos que acogen, guían y acompañan a los que desean ser partícipes de la catequesis.
Los catequistas han de usar en la transmisión de la fe la pedagogía catequística, si algo caracteriza la pedagogía catequística, si en algo debería ser experto todo catequista, es en su capacidad de acogida, de hacerse cargo del otro, de ocuparse de que nadie quede al margen del camino.
Te invito a que renueves tu vocación de catequista y pongas toda tu creatividad en “saber estar” cerca del que sufre, haciendo realidad una “pedagogía de la presencia”, en la que la escucha y la proximidad no sólo sean un estilo, sino contenido de la catequesis. Y en esta hermosa vocación artesanal de ser “crisma y caricia del que sufre”.
Luces. Poco a poco tendremos que ir cambiando el modo de hacer catequesis
La catequesis experimentará la necesidad de re-inventarse, para dar respuestas locales concretas a las cuestiones planteadas a los creyentes relativas a su fe y su esperanza (cf. 1 Pe 3,15b -16). Esta pandemia, este confinamiento, este aislamiento social, nos desafían a no volver “a lo de siempre”, sino a crear un nuevo futuro con nuevos paradigmas de relación personal, comunitaria y con nuestra casa común.
En la catequesis pos crisis se debe fortalecer el sentido de comunidad. Más que hablar del grupo de catequesis, debemos hablar de la comunidad de catequizandos donde las personas puedan experimentar lo vivido en las primeras comunidades cristianas. s decir, cómo se apoyaban mutuamente, oraban juntos, acogían las enseñanzas de Jesús y se preparaban para celebrar los sacramentos. Lo vivido y experimentado en estas pequeñas comunidades les ayudará a integrarse a la gran comunidad cristiana de sus capillas o parroquias.
Es importante que en este contexto de cambio parcial o total por el COVID-19, se siga fortaleciendo la formación y actualización de los catequistas, que perciban que no todo se vino abajo, que no hay salida ante esta situación; sino que, sin miedo, esta realidad la veamos como un reto, como una oportunidad para construir comunidad juntos, para renovar nuestra vocación, para crecer en nuestra percepción de Dios y actualizarnos en nuestros modos de dar la catequesis.