Desafíos pastorales motivan cambios en las parroquias

Desafíos pastorales motivan cambios en las parroquias

A un año de la pandemia, con diversos gestos, los fieles de las parroquias se animan y animan a otros en el accionar pastoral, junto a sus párrocos.

Yoel E. González Núñez

La innovación y el emprendimiento dentro de las parroquias de la Arquidiócesis de Panamá, durante la pandemia del COVID-19, ha logrado mantener ese acompañamiento a los fieles. Ha sido un reto crear y propiciar espacios virtuales para llegar a la feligresía.

La Atención pastoral ha cambiado

Como señala Fray Francisco Castillo de la parroquia San Pío de Pietrelcina, en Tocumen, La Siesta, ha sido todo un desafío. “La atención pastoral se ha remplanteado para garantizar ese acompañaminto usando la tecnología”, afirmó.

“Lo cierto es que nada ni nadie nos había preparado para esto”, exclamó, tras agregar que se buscó la forma de conectarse con esa Iglesia doméstica, las familias.

Las Misas, los Rosarios, las Horas Santas, Facebook, YouTube, a través de nuestros teléfonos, tabletas y computadoras, nos ofrecieron el alivio y fuerza que necesitábamos para ese contacto.

Definitivamente las redes sociales abrieron ese espacio para que los grupos y los fieles pudieran participar. “Muchos descubrieron cómo hacer comunidad, a través del teléfono”, agregó.

Actualmente, las confesiones y las celebraciones eucarísticas han ido abriendo de manera presencial, no así las actividades de los diversos grupos parroquiales para evitar el contagio por el COVID-19, “esperando una pronta normalidad para volver a la acción de la iglesia en general”.

Planificar y Actuar

Para el padre César Lacayo de Basílica Menor Don Bosco, lo primero fue planificar ese replanteamiento de la acción pastoral. “El mismo estilo de reunión y la manera de formación para grupos y pastorales, cambió, se hizo común el uso de la plataforma zoom”, indicó.

Considera que la forma virtual de asistir a la Santa Misa ha hecho redescubrir a los fieles la esencia de la Liturgia, pues ahora pone más atención a cada signo. También las familias han experimentado lo que es estar en su casa en una forma íntima con el Señor. 

Insistió en que la planificación y la ejecución de actividades pastorales dirigidas a la asistencia solidaria a los más necesitados, ha sido vital el trabajo del voluntariado.

NUEVOS TIEMPOS. El mayor reto pastoral ha sido el de llegar a los fieles de una nueva manera, que permita infundir la Verdad, al tiempo que se cuida la bioseguridad.

Nuevas ideas cambian pensamientos

En la parroquia San Francisco de Paula en La Chorrera, lo primero fue adecuar los horarios y espacios en el templo. “La pandemia nos ha dado muchas lecciones”, dijo el párraco Rafael Ochomogo.

Para el padre Ochomogo ha sido un tiempo de aprendizaje, y la gran oportunidad de la vida de poder crecer espiritualmente. “Se ha desarrollado la cultura del encuentro a través de los espacios virtuales, la presencia de Dios no se ha quedado encerrada en los templos”, aseveró.

Dijo además que ha habido un cambio de actitud. “Muchos se han solidarizado con aquellos que se han contagiado con el coronavirus, o debido a la pandemia han perdido sus empleos.

“Ha sido interesante el acompañamiento pastoral, ahora los sacerdotes hemos tenido la oportunidad de estar más cerca de los enfermos, una experiencia renovadora y espiritual que nos ha fortalecido en este caminar”, manifestó.

Las realidades que deja la pandemia también en medio de las dificultades permiten dar un giro al trabajo pastoral en estas comunidades, el padre Ochomogo asegura que esto a pesar de haber sido un tiempo difícil ha sido también un espacio de gracia para cambios dentro y fuera de la iglesia.

Explica que también la parte catequética ha tenido un giro, y las plataformas virtuales también juegan un papel importante. “Se trata de una experiencia nueva con lo cual se puede llegar a más poblaciones”, añadió. 

Algo que ve como positivo el padre Ochomogo son las redes sociales, “la feligresía se ha conectado en las celebraciones e incluso participar de diversas actividades formativas y de encuentro.

“Con la pandemia, la parroquia ha fortalecido su equipo pastoral para atender la parte espiritual, de fe, y económica”, afirmó.

Voluntariado juvenil activo

El padre Ochomogo destaca que lo más notable ha sido ver a los grupos juveniles activados en las actividades y en el voluntariado, a través de la asistencia a las distintas comunidades de fe.

Asimismo señaló que, los coros juveniles animan en las eucaristías y celebraciones de la parroquia, y hacen posible que la feligresía la siga a través de las redes sociales.

Qué decir del acompañamiento del giro que ha dado la  pastoral de la salud, dado el carisma de los jóvenes que se mantienen activos 100%.

La asistencia social con donaciones de alimentos y el apoyo a las comunidades se ha logrado gracias a ese dinamismo y entusiasmo de los jóvenes de la parroquia. Han estado activos en la catequesis.

Ejecutar nuevas tareas

En la parroquia Nuestra Señora de Lourdes en Carrasquilla, su párroco se ha mantenido de manera activa durante toda la pandemia, y es visible en las redes sociales, las cuales ha aprendido mucho de la mano de los expertos.

“El uso de los medios tecnológicos fue algo novedoso para mí”, comentó este sacerdote que fue de los primeros en conectarse con sus fieles a través de la tecnología.

Para iniciar esa apertura gradual del templo contó con un equipo de bioseguridad que se ha mantenido en el tiempo y ha sido un fundamental en la acción pastoral de esta parroquia.

“Son hombres y mujeres con una capacidad de voluntariado tremenda”, reconoce el sacerdote, tras agregar que cada uno comprende que tienen un grado de corresponsabilidad con su iglesia.  

El entusiasmo de la comunidad parroquial, y el apoyo de la iglesia en acciones sociales, es esperanzador.

“Ese amor al prójimo, desde que inició la pandemia, ha estado allí, para brindar acogida de manera puntual, animando a todos como iglesia, como parroquia, acotó.

Atención espiritual y asistencia social

Se ha cumplido ya un año de la pandemia en nuestro país, y el padre Domingo Escobar no ha dejado sola a su feligresía. Este sacerdote atiende pastoralmente a las parroquias Nuestra Señora del Carmen en Juan Díaz, y Santa María del Camino en ciudad Radial.

Además de sus responsabilidades como párroco, activó un comedor popular desde inicio de la pandemia que atiende a una población más allá de sus fronteras parroquiales.

“Inicialmente despachaba 1,800 almuerzos al día, actualmente distribuye entre 900 y 1,000 almuerzos diarios a comunidades desde Chepo, Juan Díaz, Inmaculada Concepción, San Pedro, San Fernando, Ciudad Radial, Juan Díaz Centro y algunos centros como San Juan Pablo II, entre otras organizaciones que han pedido ese apoyo.

De igual manera, este equipo se organizó para la distribución de bolsas de alimentos para familias en situación de vulnerabilidad y adicional el acompañamiento de familias que han sufrido pérdidas de seres queridos, así como momentos de enfermedad y dificultad espiritual.