Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá, invitó a los movimientos de familia para que se integren unos con otros, y dejen de ser islas. “Cada uno tiene una riqueza que el otro puede aprovechar”, dijo.
Eduardo Soto P. / Fotos Omar Montenegro
La Catedral Basílica Santa María la Antigua recobró el viernes 19 de marzo su ánimo y ese calor de mamá orgullosa que la pandemia le había opacado. El vientre se le volvió a llenar de hijos y de cantos alegres.
¿El motivo? La misa de apertura del Año “Familia Amoris Laetitia”, al amparo de San José, por los 5 años de esta Exhortación de Francisco que, según señaló el arzobispo José Domingo Ulloa Mendieta, contiene palabras de valentía, estímulo, reflexión y, en términos más amplios, está llena de sugerencias para caminos pastorales que no debemos dejar caer en el vacío”.
Los movimientos de familia
A la cita en la Catedral acudieron todos los movimientos que atienden la Pastoral Familiar en la Arquidiócesis, a cuyos líderes el Arzobispo les volvió a advertir: “Este Año, por lo tanto, es una oportunidad para llegar a las familias, no para hacerlas sentir solas ante las dificultades, sino para caminar con ellas, para escucharlas y para emprender iniciativas pastorales que les ayuden a cultivar su amor diario”.
“Somos muy conscientes de que el Papa Francisco nos insta a renovar pastoralmente. Y esto también se aplica a la pastoral familiar”, les subrayó.
Itinerario
Un año para acompañar la pastoral de preparación al matrimonio con nuevos itinerarios catecumenales.
Potenciar la pastoral de acompañamiento de los matrimonios con encuentros de profundización.
Organizar encuentros para los padres sobre la educación de sus hijos.
Promover encuentros de reflexión e intercambio sobre la belleza y dificultades de la vida.
Promover en las familias su natural vocación misionera, y desarrollar un pastoral de personas mayores.
Apuntó que un “primer aspecto de esta renovación pastoral que me gustaría subrayar es la necesidad de una mayor colaboración”, porque “la Iglesia debe aprender a compartir las experiencias que a lo largo de los años han sido fructíferas”.
Cambiar la mentalidad
“Debemos pasar de pensar en las familias como un simple “objeto” de la pastoral a pensar en ellas como el “sujeto” de la pastoral”, reafirmó el Arzobispo, quien señaló que este año se debe “implicar a las familias” en el trabajo de evangelización.
Conversión pastoral
“Este año es una oportunidad para dar un empujón a la pastoral familiar, para hacer que los proyectos pastorales sean transversales, y no haya más compartimentos. Los hijos acompañantes, los jóvenes, los novios, los cónyuges y los ancianos deben tener lugar a la luz de una visión integral y unificada de la planificación pastoral, que puede ser una fuente de gran creatividad”, dijo el Arzobispo.
En reiteradas ocasiones monseñor Ulloa les ha señalado a la Pastoral Familiar y movimientos que “basta de tratar de convencernos unos a otros de algo en lo que ya creemos (…) es hora de salir y trabajar porque en la calle es que están las familias que necesitan acompañamiento”.
Seminario Mayor
En el Seminario Mayor también se celebró a San José, en una ceremonia que fue aprovechada para bendecir los ornamentos de los seminaristas que en entrar al orden como diáconos y presbíteros.
Las ordenaciones serán la próxima semana en Capira, San Miguelito y la Catedral.
A los seminaristas les dijo el Arzobispo: “San José no se encerró en sí mismo. Atrincherarse envenena las relaciones, amarga la vida de uno mismo y enferma las relaciones con los demás”.
Y añadió: “Al final, si cada uno se parapeta en su trinchera y vive al otro y a sus circunstancias, por sorprendentes que nos resulten, como un enemigo, perdemos todos”.
Podemos encontrar la homilía de monseñor Ulloa para la Fiesta de San José en el Seminario Mayor San José aquí: