Espiritual y prudente, un diácono permanente estudia y se forma durante muchos años para ayudar al párroco y servir a la Iglesia en lugares alejados donde no llegan muchos sacerdotes.
Por Karla Díaz
Con el objetivo de discutir y establecer lineamientos pastorales que guíen la misión de los diáconos permanentes dentro de la arquidiócesis, se realizó una importante reunión entre estos hermanos, integrantes del clero, junto al padre Efraín De León, Vicario de Pastoral de la Arquidiócesis de Panamá.
En el encuentro se resaltó el papel vital que desempeñan los diáconos como parte del clero, ocupando el tercer grado del orden sacramental.
“Los diáconos no son ni medios curas, ni mini cura, tienen un rol en la iglesia, son ministros ordenados, forman parte del clero, pero se orientan más bien al aspecto pastoral, a la caridad con el hermano, a llevarles la Palabra de Dios en las diferentes comunidades, sobre todo donde no llegan los sacerdotes tan fácilmente”, señala el diácono César Manzanares, responsable del Diaconado en la Arquidiócesis.
Por su parte, el Padre Efraín De León hizo hincapié en la importancia de la participación activa de los diáconos en las necesidades de la Iglesia, destacando que su papel es esencial para el buen funcionamiento del cuerpo eclesial.
Citando el Catecismo de la Iglesia Católica, en su artículo No. 1536, recordó que el sacramento del Orden se compone de tres grados: episcopado, presbiterado y diaconado. “Cada uno tiene un papel único, pero complementario en el ministerio apostólico”, recalcó.
El Vicario Pastoral también se refirió a las palabras del papa Francisco en su discurso a los diáconos permanentes en la diócesis de Roma, en el cual señaló que el Concilio Vaticano II permitió recuperar el lugar y la especificidad del diaconado, anteriormente visto solo como una etapa de transición hacia el sacerdocio.
“El Papa destacó la importancia del servicio y la humildad en el ministerio diaconal, subrayando que la generosidad de un diácono que se entrega sin buscar las primeras filas, huele a Evangelio, destacó De León.
En esta reunión, también se enfatizó en que la misión de los diáconos se centra en la triada de sus funciones: diaconía de la Palabra, liturgia y servicio. “Con esta visión, se espera que el plan pastoral resultante permita el desarrollo pleno de estas tres áreas en el ministerio diaconal”, dijo el sacerdote.
Desde que se puso en práctica el Concilio Vaticano II, Panamá fue uno de los primeros países Latinoamericanos en tener el Diaconado Permanente. Desde aquel entonces hasta la fecha ha habido más de 90 diáconos ordenados. Actualmente son 56 los diáconos activos en la Arquidiócesis de Panamá.
Con esta reunión, la Arquidiócesis de Panamá busca definir y fortalecer el papel de los diáconos permanentes en la vida de la Iglesia y en su servicio a la comunidad.
Se prevé que, a partir de estos lineamientos pastorales, los diáconos permanentes desempeñarán un papel aún más activo en la Arquidiócesis, llevando adelante el mensaje del Evangelio con humildad y dedicación.
