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Legado de amor, enseñanza y servicio

Legado de amor, enseñanza y servicio

La Iglesia está viviendo un tiempo de gracia y haciendo vida el mandato del Señor Jesús, vivir y compartir nuestra fe al estilo sinodal.

 

Por Mons. Edgardo Cedeño

La Ascensión del Señor sigue siendo hoy un reto sinodal. La Ascensión del Señor es un evento significativo en la vida de los Apóstoles que les produjo un profundo compromiso de continuar la misión encomendada en la tierra, difundiendo su mensaje de amor y redención.

Este evento marcó el comienzo de la Iglesia Cristiana y fortaleció la fe de los discípulos para enfrentar los desafíos que tuvieron que superar. La Iglesia está viviendo un tiempo de gracia y haciendo vida el mandato del Señor Jesús, vivir y compartir nuestra fe al estilo sinodal, una Iglesia dinámica y en salida.

La misión encomendada por Jesús antes de subir a los cielos, has ido justo ese desafío a los discípulos y hoy a nosotros: “Se me ha dado todo poder en el Cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo cuanto os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”, Mt. 28, 16-20.

El Nuevo Testamento enfatiza y prolonga la experiencia de Dios en la historia, por la Encarnación del Hijo de Dios en Jesús de Nazaret, por lo mismo el papa Francisco nos dice: “con el acto de subir a los Cielos y mostrar sus llagas a Dios, Jesús ha llevado nuestra humanidad al cielo”; “Esto es especialmente importante porque no fue solo el espíritu lo que subió, sino que también lo hizo su cuerpo humano. “Desde el día de la Ascensión, Dios mismo, podríamos decir, ha ‘cambiado’.

¡Desde entonces, ya no es solo espíritu, sino que por todo lo que nos ama lleva en sí nuestra misma carne, nuestra humanidad!”, (Ángelus, 21 de mayo 2023).

 

El misterio de la Ascensión del Señor nos hace contemplar la grandeza y poder de Dios Padre, lleno de misericordia al recibir y sentar a su derecha la humanidad perfecta a la que todos estamos llamados a vivir en plenitud.

 

Es así como debemos entender la resurrección y ese llamado a vivir nuestro bautismo como proyecto de vida Cristiana. Es por eso que, el Catecismo de la Iglesia Católica (párrafo 665) dice: “La Ascensión de Cristo marca la entrada definitiva de la humanidad de Jesús en el dominio celestial de Dios, de donde vendrá de nuevo (cf. Hch 1,11).

Esta humanidad, mientras tanto, lo esconde de los ojos de los hombres (cf. Col 3, 3)”. A experiencia que estamos viviendo en este tiempo de gracia sinodal, se ajusta a esta gran fiesta, que estamos celebrando y nos dice: “hacer memoria sobre cómo el Espíritu ha guiado el camino de la Iglesia en la historia y nos llama hoy a ser juntos testigos del amor de Dios”, (síntesis del Sínodo 2023.

 

La experiencia sinodal que no solo la estamos viviendo los cristianos católicos hoy, sino que también marcó la vida de los discípulos, con la partida del Señor a la derecha del Padre, los lanzó al camino misionero.

 

Jesús no solo ascendió al cielo, sino que también dejó un legado de amor, enseñanza y servicio que continúa inspirando a millones de personas en todo el mundo. Su camino misionero nos invita a reflexionar sobre la importancia de compartir el mensaje de amor, compasión y justicia que él predicó. También nos recuerda que la misión de seguir a Jesús implica compromiso, sacrificio y humildad.

En última instancia, la Ascensión de Jesús y el camino misionero nos desafían a vivir de acuerdo con sus enseñanzas, extendiendo su amor y gracia a todos los que encontramos en nuestro propio camino de fe y servicio. La Ascensión del Señor nos deja muchos retos, no solo a las creyentes a todos los seres humanos, que tenemos que asumir la tarea de ser más fraternos, acogedores y vivir en familia, haciendo de nuestras casas un hogar una comunidad de vida y crecimiento humano. Vivir a la luz de la Palabra de Dios, celebrando en familia los sacramentos y sentirnos parte de nuestra Iglesia pueblo de Dios, que camina hacia la esperanza.