Dile No al clientelismo, y sé un ciudadano responsable

Dile No al clientelismo, y sé un ciudadano responsable

Una de las principales causas que lleva al desgaste de la democracia electorera es que la política ha dejado de ser un servicio, para convertirse en un negocio. Las redes sociales han mostrado durante los últimos días los manejos y actitudes erradas de algunos aspirantes a puestos de elección basados en el clientelismo político, un grave error en el que como ciudadanos éticos y con valores, no debemos caer.

Todo esto es alimentado por la forma de organización electoral que refuerza el clientelismo, así como la cantidad de dinero para el financiamiento de campañas y la falta de rendición de cuentas, que tanto mal hacen a la sociedad.

Maribel Jaén de la Comisión de Justicia y Paz asegura que la necesidad de la gente es uno de los factores que hace que esta realidad se repita.

“No es un tema de voluntad política,  es un tema de cultura, de un modo de vida que es reforzado constantemente, pero que puede cambiar si los electores tienen más conciencia del rol importante que juegan en la transformación de la sociedad”, dijo.

Agregó que la situación empeora porque los partidos han dejado de cumplir su rol,  que es el de ser un intermediario entre los gobiernos y las necesidades de la población… “por ende la política se desgasta  porque el rol que cumplen es el de un comercio,  un mercado,  un espacio donde se compra y venden ofertas electorales”, recalcó.

Por su parte, el padre Patricio Hansen apuesta por el voto a conciencia en los próximos comicios electorales, destacan-do que votar es una responsabilidad que enemos todos los ciudadanos para elegir al mejor gobernante, sin dejarse influir por ventajas y favores personales.

La política que se hace con los vicios de siempre, para enriquecerse, para ventajas personales, hace muchísimo daño al país,  así que, como cristianos tenemos la obligación de rechazar estos actos que causan un daño profundo  y muy grave”, aseguró.

Insistió en que nunca hay que votar por una persona que hable mal de otra, tampoco por quien utilice la violencia o la corrupción para llegar al poder, pues lo que nos espera luego,  es que utilice esos mismos recursos para mantenerse a ese nivel, sin importar el mal  que pueda causar.