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“Dios no solo salvó mi vida, transformó completamente mi espiritualidad”

“Dios no solo salvó mi vida, transformó completamente mi espiritualidad”

Han pasado 5 años de aquel terrible accidente en Costa del Este que conmocionó a todo Panamá. La única sobreviviente, Sabrina Murillo se ha convertido en una profesional, conferencista motivacional y cristiana católica comprometida.

 

Por Marianne Colmenárez

Sabrina recordó perfectamente esa primera entrevista que Panorama Católico publicó hace cinco años, realizada recién salida del hospital, cuando asistía a una eucaristía de acción de gracias por su cumpleaños.

Asegura que, en ese momento, se le preguntó si estaba dispuesta a servir a la Iglesia a lo que respondió desde el agradecimiento que sí, sin saber todo lo que el Señor tenía preparado para ella.

 

Más allá de lograr dos carreras profesionales, de ejercer en radio y en televisión como comunicadora social, de ser conferencista motivacional y creadora de contenido en sus redes sociales; Sabrina Alejandra dedica gran tiempo de su diario vivir al servicio de su Iglesia.

 

Actualmente tiene 26 años de edad, trabaja incansablemente junto a un equipo de jóvenes que desean activar la Pastoral Juvenil de su parroquia San Lucas Evangelista y desde el 2019 pertenece al movimiento Effetá, con quienes vivió el primer retiro realizado en Panamá.

 Afirma que pudo “vivir una experiencia personal e increíble con Dios. Allí encontré respuestas a mis preguntas, encontré una familia, ese oasis que estaba buscando. Descubrí mucho más a Jesús y su bondad”.

“Antes de ese retiro estaba curiosa de la fe, al ver tanta gente unida orando por mí, ver cada milagro, me fue creciendo una sed de Dios por encontrarle y saber más”. Asegura que el Señor, además de salvarle, transformó su vida espiritual.

 

“Perdí la mitad de mi cuerpo, pero gané el 100% de mi alma” dice en una de sus publicaciones de Instagram: @fuerzasabrim

 

Con Effetá se reúne en la parroquia San Francisco de la Caleta

La fuerza de una comunidad

Lo primero que hizo Sabrina, luego de tantas cirugías, fue tomar la decisión de prepararse para vivir el sacramento de la confirmación. “Muchas veces, los catequistas iban hasta mi casa para seguir preparándome, llegaron a ir hasta a la clínica cuando tuve una recaída y me tuvieron que operar del cerebro, realmente quedé impresionada de esos detalles”, expresó.

Gracias al sacerdote Miguel Ángel Ciaurriz, párroco de ese momento de la Iglesia San Lucas de Costa del Este, recibió varias veces la unción de los enfermos.  Comenta que luego se entera por videos, que el mismo padre Ciaurriz llegó con el Santísimo hasta el edificio donde fue el accidente y que aún comparte con su madre, abuela y tía.

 

Herramientas que le sostienen

Sabrina reconoce que toda su fuerza y coraje viene de Dios, pero sabe que necesita de la oración, de su Palabra y de la eucaristía para seguir llevando la Buena Nueva a todas partes. 

“Mi oración diaria está basada en la gratitud, estoy tratando de agregar una eucaristía más de la dominical, voy todos los jueves a la Hora Santa, rezo el Santo Rosario con mis amigos, muchas veces nos conectamos por zoom”. Sabrina reconoce que contar con una comunidad ayuda muchísimo a mantenerse, además, cuenta con la dirección espiritual del padre Erich García Coti.

Convencida de la fuerza de la oración.

En sus conferencias a empresas, universidades y colegios, Sabrina da espacio para hablar de Cristo. “No hacerlo sería injusto, me salvó la vida y me sigue dando. Sería hipócrita decir mis logros sin nombrarle, no le quitaría su crédito”, enfatizó.

Señala que a veces comete el error de sentir vergüenza o temor al hablar de Dios. “No me gustaría que pensaran que me creo santa o monja, soy una pecadora que le pide todos los días a Cristo reflejar siempre su rostro, desde cada una de mis acciones”.