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Dios sigue hablando al ser humano

Dios sigue hablando al ser humano

En los últimos siglos del Antiguo Testamento fueron muy pocos los profetas que hablaron al Pueblo de Dios: sólo cuatro profetas entre la reconstrucción del Templo y la venida de Cristo. Estos fueron: Abdías, Malaquías, Joel y el Deutero-

Isaías.

El silencio de los profetas no significaba que Dios había dejado de hablar a su pueblo, sino que cambió la manera y los intermediarios; ahora Dios habla a través de la vida, y una gran parte de esa reflexión humana pasó a la Biblia en los libros sapienciales.

Los libros sapienciales inician con el libro de Job y continúan con Proverbios, Qohelet (o Eclesiastés), Ben Sirac (o Eclesiástico) y la Sabiduría. Cabe mencionar también algunos Salmos, como los números 1, 36, 37, etc. De igual manera se incluyen en esta categoría algunas partes de Tobías, Baruc y el Cantar de los Cantares.

Las secciones más antiguas de los libros sapienciales de la Biblia hablan poco de Dios y mucho del hombre. Pero si están en la Biblia, tienen que ver con Dios y nuestra fe. Esa sabiduría, que hoy llamamos educación, formación, alfabetización, concienciación, promoción, tiene mucho que ver con Dios y la salvación del hombre.

En consecuencia, el lugar para encontrar a Dios no es sólo la Iglesia y la Biblia, sino también el mundo, que es Palabra de Dios, donde el hombre es su imagen.