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Divorcio emocional: realidad de algunos matrimonios

Divorcio emocional: realidad  de algunos matrimonios

Carlos Herrera  / @mejorpareja.mejorfamilia

El divorcio emocional se presenta en un matrimonio en el que, aunque viven en la misma casa, viven separados. Siguen teniendo una realidad como padres, conversando de lo cotidiano o las responsabilidades, pero ya no hay sentimiento de conexión que nos haga sentir que tenemos vida como parejas.

Comparten espacios, pero no hay vinculación sintiendo que la relación de pareja se enfrió. Esta situación no surge de un día para otro, se va gestando a lo largo de mucho tiempo, es un acto silencioso o ruidoso que va causando poco a poco indiferencia, alejamiento y enfriamiento del amor.

Puede darse en uno solo de los miembros de la pareja, desconectándose progresivamente hasta tener un distanciamiento como si estuviesen divorciando, viviendo en un mundo paralelo donde se pueda sentir cómodo, pleno y feliz.

Algunas de las acciones que pueden dar paso al divorcio emocional son: en un primer lugar, las parejas comienzan con provocaciones mutuas, con trato y vocabulario hostil, episodios de gritos y de abuso físico o verbal.

 Las relaciones sexuales empiezan a disminuir considerablemente; así mismo, se suelen traer los conflictos del pasado a colación durante las discusiones y se hieren los sentimientos del otro, causando esto un distanciamiento.

Cuando uno o ambos de los miembros de la pareja se encuentra en caminos diferentes es difícil volver a armonizar la relación, a menos que ambos estén dispuestos a trabajar unidos y para esto recomiendo la terapia de parejas como una excelente opción. 

Eviten un divorcio emocional 

  • Identifiquen motivos:  chequeen las razones que hacen que hoy todavía estén juntos, respondiendo desde el ¿Para qué?
  • Nuevas estrategias de comunicación: procuren ser más concretos y específicos en la expresión de lo que quieren y sienten, promoviendo un ambiente sin miedos, en libertad.
  • No utilicen “borrón y cuenta nueva”: las diferencias y conflictos hay que resolverlos, “olvidarlo” no soluciona nada. Sanando avanzamos.
  • Indaga la intención de tu pareja:  verifica la disposición de tu pareja para transformar la relación, para tener una dinámica conyugal más saludable.
  • Busquen ayuda profesional: modificar patrones conductuales para reconectar a la pareja, desde procesos personales y como comunidad conyugal.
  • Dios pilar del matrimonio:  reconocer la acción de Dios en el matrimonio, abriendo la relación de pareja a la vida de gracia. El Señor hace nueva todas las cosas,  renueven constantemente el pacto con Dios prometido en el altar.