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El movimiento cooperativista aboga por un nuevo y moderno marco legal

El movimiento cooperativista aboga por un nuevo y moderno marco legal

Los cooperativistas se reúnen a nivel nacional para redactar un documento de consenso que será llevado a la Asamblea Nacional y la aprobación de un moderno marco legal regulatorio. Confían que las reformas modernizarán y se adaptarán a la nueva realidad mundial.

 

Por Redacción

Cerca de 230 mil cooperativistas en Panamá cuentan con activos por $2 mil 400 millones, $331 millones en aportaciones, un patrimonio de $579 millones y más de $1,400 millones en ahorros.

El Día Mundial del Cooperativismo, este 1 de julio, encuentra al sector en Panamá fortalecido, según las cifras del Instituto Panameño Autónomo  Cooperativo (Ipacoop).

 

   A nivel nacional, las cooperativas siguen surgiendo a buen ritmo. Solo en el año 2022, se crearon 80 nuevas cooperativas dedicadas a diferentes actividades económicas a nivel nacional.

 

Y a pesar de los buenos números, el movimiento cooperativista panameño aboga por reformas a las leyes que regulan la actividad para modernizarla y ajustarla a la nueva realidad mundial.

El cooperativismo en Panamá está regulado por las leyes como la 24 de 1980, que crea el Ipacoop; la 17 de 1997, que establece el régimen especial que regula e integra a las cooperativas como parte fundamental de la economía nacional; y la 23 de 2015, que busca evitar el blanqueo de capitales.

No obstante, los cooperativistas panameños se reúnen a nivel nacional en la actualidad para redactar un documento de consenso que será llevado a la Asamblea Nacional para la aprobación de un moderno marco legal regulatorio.

 

Una historia de vieja data

El cooperativismo en Panamá es casi tan viejo como la República. En 1920 se legisló por primera vez sobre las cooperativas escolares. Posteriormente, en 1926 y 1947, los códigos de Trabajo y de Comercio dedicaron páginas completas a tratar este tema.

Paradójicamente, las primeras cooperativas formales en Panamá surgieron en la antigua Zona del Canal, regida por los Estados Unidos, en donde se fundaron nueve, bajo las leyes estadounidenses.

Pero no fue sino hasta 1938 cuando se empezaron a formar los primeros profesionales panameños en materia de cooperativismo. Esto, debido a que profesores alemanes dictaron, en la Universidad de Panamá, las primeras cátedras al respecto.

Fue así como en 1946 lograron introducir el artículo 229 en la Constitución Nacional, mediante el cual se obliga al Estado a fomentar y fiscalizar las cooperativas en todo el territorio nacional.

En la actualidad, este artículo sigue vigente en la Constitución, con el número 283. Los historiadores consideran que este artículo propició el inicio del desarrollo del cooperativismo en Panamá.

 

Su aporte a la economía

Las cooperativas siempre han sido un motor para la economía panameña, sin embargo, su importancia crece cada día más por el daño que produjo a las finanzas del país la pandemia de COVID-19.

Una muestra de ello es que la actividad de las cooperativas impacta en estos momentos a unas 750 mil personas en todo el país, en diferentes actividades.

Estadísticas del Ipacoop destacan que la actividad no ha dejado de crecer año tras año. Por ejemplo, entre los años 2016 y 2019, sus activos crecieron en un 11.6%, un 17% en su patrimonio y 6.1% en sus aportaciones.

 

Promueve y fiscaliza las cooperativas.

Y la fortaleza del cooperativismo queda plasmada, además de en números, a través de la confianza de la población, que se demuestra con el crecimiento de sus afiliados.

Pero no solo en Panamá, las cooperativas son una fuerza económica. Por ejemplo, a nivel mundial casi mil millones de personas son socios en cooperativas, las cuales generan 100 millones de empleos, un 20% más que las grandes transnacionales.

Cifras de la organización Cooperativas de las Américas destacan que las ventas de las 300 cooperativas más grandes del mundo suman 1.1 trillones de dólares, comparable al Producto Interno Bruto de las economías más grandes del mundo.

 

Cooperativas mantienen modelo de economía del bien común.

 

Retos del cooperativismo panameño

El Plan Estratégico Ipacoop 2020-2024 detectó los retos más importantes que enfrenta la actividad actualmente. Los más sobresalientes son la poca integridad del movimiento y la falta de tecnología.

Resalta que las cooperativas destinan su inversión fundamentalmente a suplir aspectos sociales de los cooperativistas, como salud, seguro de vida, empleos, apoyo a los pequeños productores y servicios de ahorro, así como pequeños préstamos.

Estos préstamos no son tan rentables como los del resto del mercado, porque son más bajos y van dirigidos, primordialmente, a sus socios.

La falta de tecnología, capacitación técnica, mercado internacional, problemas para adquirir insumos, herramientas y maquinarias, son otras de las debilidades más marcadas.

También se destacó, en el estudio del Ipacoop, la falta de apoyo que tienen las cooperativas juveniles y las de los adultos mayores, las cuales ven cómo peligra su subsistencia.

Igualmente, enfrentan problemas las cooperativas en las áreas comarcales, las cuales reciben poco apoyo gubernamental y privado.

Otro gran reto que enfrenta el cooperativismo es lograr que las instituciones públicas incluyan, dentro de las políticas nacionales, normas que fortalezcan la actividad.

El Ipacoop también subraya como deficiencias la falta de manuales y procedimientos administrativos, técnicos y de gestión gerencial, así como la carencia de conocimiento de contabilidad, finanzas y riesgos crediticios.

Además, es marcada la ausencia de normas reguladoras internas (reglamentos) y poca actitud para garantizar la aplicación de los sistemas y controles contables.

Mientras que los propios cooperativistas indican que uno de los principales retos que enfrentan es adecuarse a las nuevas normas nacionales e internacionales sobre prevención de blanqueo de capitales.

Al igual que una organización más efectiva y la aplicación de tecnología a sus actividades.