El pensamiento crítico en nuestro país

El pensamiento crítico en nuestro país

Históricamente, las ciencias sociales y humanas en América Latina, por su naturaleza, entran en la racionalidad de los Estados como un intento de entender la dinámica y el comportamiento de los grupos críticos al statu quo y su incidencia en las luchas sociales, para formular políticas que, en el mejor de los casos, contribuyan a crear condiciones para paliar las desigualdades abismales que imperan en nuestros países. En no pocos casos, las ciencias sociales han servido para justificar las acciones del Estado y los agentes que lo administran, utilizando los paradigmas y conceptos teóricos que legitiman el poder.

La historia y los científicos sociales críticos han desmentido la supuesta neutralidad que han pretendido las ciencias sociales inspiradas en la metodología

positivista. La economía neoclásica ha tenido tanto sesgo ideológico como la economía política marxista; así como la antropología evolucionista del siglo XIX ha tenido tanto sesgo ideológico como la antropología simbólica de nuestros días.

El pragmatismo, como “espíritu antiteórico” se ha impuesto desde los países del centro hacia los países periféricos. En nuestro país presenciamos una “progresiva marginación en la investigación y la enseñanza de la teoría social, situación existente, tanto en las universidades del primer mundo como en las de los países subdesarrollados” (Borón, 2000:459,460) Cómo responde Panamá?