En pronunciamiento público, agentes de pastoral y obispos aseguran que no dirán “me rindo”, como algunos otros que, en estos tiempos de tormenta, abandonan a los más vulnerables.
Eduardo Soto P. / Fotos: Omar Montenegro
Cuando la Iglesia Católica invitó hace unos días para que todo aquel que tenga las capacidades se sume al “equipo de acompañamiento permanente” a los albergues de inspiración católica, el teléfono no dejó de sonar…
…Muchos están diciendo “Sí”.
La invitación surgió durante la conferencia de prensa que organizó la Pastoral Social-Cáritas junto a los albergues, la Pastoral Familiar y los movimientos laicales de Familias de la Iglesia Católica.
En un comunicado, estas agrupaciones se comprometieron a gestar un equipo que acompañe a los albergues en su camino de formación de niños, niñas y adolescentes que llegan a sus puertas.
Al frente del ofrecimiento estuvo el Arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, y el Presidente de la Conferencia Episcopal Panameña y obispo de Chitré, Rafael Valdivieso Miranda.

Apenas escucharon la invitación, importantes figuras del mundo legal y académico, a las que pronto se identificará por sus nombres, llamaron para decir “Yo voy”.
COMUNICADO
Los periodistas fueron citados para las 11:30 de la mañana del pasado jueves, pero estuvieron ahí hora y media antes.
Así de alta era la expectativa ante la posibilidad de escuchar un pronunciamiento de los agentes católicos que han asumido la responsabilidad de atender a niños, niñas y adolescentes que van a parar a albergues debido a violencia, abandono o algún otro trastorno en su vida.

Todo en medio de una tormenta mediática, generada por un informe de la Asamblea Nacional, donde se advierte que algunas de estas criaturas han sido abusadas por sus cuidadores.
En un comunicado público, los albergues de inspiración católica, el Consejo de Pastoral Social-Cáritas, la Pastoral Familiar y Movimientos de Familia de la Iglesia Católica dijeron estar convencidos de que “el abuso físico, psicológico y sexual contra la niñez y la adolescencia en las familias y en las instituciones públicas y privadas, es un grave pecado social, además de un delito irracional”.
Señalaron, además, que como Iglesia “reiteramos nuestra tolerancia cero ante estos actos abominables, y nos unimos a las voces que exigen sancionar con rigor a los responsables”.
Critican que estos abusadores están revictimizando a criaturas que ya han sufrido mucho.
Advertencia
REVICTIMIZAR. Estos niños, niñas y adolescentes viven una tragedia por no tener un hogar estable. Abusar de ellos resulta depravado.
TOLERANCIA CERO. La Iglesia denuncia estos “actos abominables” y se une a las voces que exigen sancionar con rigor a los responsables.
VIGILANCIA. Hay personas malsanas se infiltran en lugares donde la niñez y la juventud es vulnerable. Abusadores sexuales, traficantes, y gente del mal vivir.
ACCIONES
En su comunicado, los grupos y agentes de pastoral que atienden niños, niñas y adolescentes dejaron claro que “es fácil pedir a otros que hagan la tarea”, y que ellos no lo harán, sino que asumirán compromisos concretos.
“Vivimos tiempos de una cultura que se ha acostumbrado a levantar las manos y decir “me rindo”. La Iglesia, por inspiración de su Maestro, se ofrece a caminar junto a los niños, niñas y adolescentes –y sus cuidadores–, y pide a Dios la fortaleza necesaria para insistir en un mejor camino, y no dejarlos solos, aunque el viento sea contrario”, se indicó.

Y a renglón seguido dicen: “Hacemos un llamado a todos quienes han mostrado de diversas maneras su repudio a estas denuncias, para que nos unamos y podamos lograr una Política de Estado de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes, especialmente los más vulnerables”.
PENSEMOS EN ELLOS
En el documento, los albergues y las Pastorales Social y de Familia indican que “en todo este escándalo nos hemos concentrado en encontrar culpables, pero pocos nos preguntamos qué ha sido de los niños y niñas abusados; dónde están las criaturas de casas cerradas o suspendidas; ¿cómo ayudamos a estos niños, niñas y adolescentes para que no sean víctimas otra vez?”.

Y añadieron: “Demandamos que al abordar estas denuncias en los medios de comunicación y en las redes sociales, lo hagamos pensando en buscar el bienestar de la niñez vulnerable, y no solo levantar cadalsos. Que no sea aprovechada esta situación para atacar o desinformar, porque a veces sin querer estamos abriendo heridas nuevas en estos niños, niñas y adolescentes”.
EL ESCÁNDALO
Los albergues de inspiración católica no ignoraron la situación generada por el informe legislativo. Todo lo contrario.
En su comunicado, se sumaron a las voces que piden a “las autoridades dar a conocer la verdad de las acusaciones, y llevar adelante un proceso de investigación, donde debe prevalecer la justicia y la transparencia”, con la advertencia de que no se revictimice “a los niños, niñas y adolescentes que se encuentran protegidos en los hogares actualmente”.

“Sabemos que personas con intensiones malsanas se infiltran en lugares donde la niñez y la juventud es vulnerable. Por eso debemos como nación propiciar la reingeniería que haga posibles instituciones, que garanticen mecanismos más estrictos para evitar que abusadores sexuales, traficantes, y gente del mal vivir, puedan tener acceso a los niños, niñas y adolescentes”, señalaron.