Équites significa Caballero de Jesús y el lema que los guía es Coraje y Caridad. Estos jóvenes sirven en la parroquia de Santa Ana.
Por Diamar Díaz Nieto
Este año culmina y, me imagino que, ya tienes tu lista de actividades nuevas porque eres audaz y decidido, quizás una opción que te podría gustar es pertenecer al grupo équites de la parroquia de Santa Ana.
Pero ¿qué significa équites? Équites significa Caballero de Jesús y el lema que los guía es Coraje y Caridad.
Fundado en 1967, por monseñor Carlos Ambrosio Lewis, una de las características que tienen quienes pertenecen, es estar ser siempre contentos, tal como no los explica Naxur Escudero, laico comprometido de esta parroquia ubicada en el corazón histórico de la ciudad de Panamá, el barrio de Santa Ana, quien también fue équite.
Además, dijo que, entre las metas cristianas de estos chicos, es ser jóvenes que sean testimonio del amor de Dios y laicos comprometidos, sirviendo a Jesús Eucaristía.
Un detalle interesante es que del seno de este grupo han salido hombres que son sal de esta tierra por llevar su hogar como Iglesia doméstica; importantes profesionales y pastores con olor a oveja entre ellos el P. Melitón Mudarra, P. Samuel Álvarez, Monseñor Edgardo Cedeño Muñoz, Monseñor Rómulo Aguilar (q.e.p.d)
El profesor Rubén Darío Castillo explicó que los équites son jóvenes que sirven en el altar y muchos de ellos, eran monaguillos cuando eran niños, pero al llegar a los 15 y 16 pasaron a esta agrupación.
Este antiguo équite, indicó que, por ese amor al servicio al llegar edad adulta, muchos ingresan a otro grupo parroquial: Los Caballeros del Santo Sepulcro.
Si sientes una llama ardiendo en tu corazón y quieres ser parte de algo grande que te haga trascender, toma en cuenta esta opción, y consagrarte como équite, quienes llevan su bandera entre la juventud, sirviendo a Cristo siempre alegres. Tenlo presente, ahí harás lío, tal como te lo pidió el papa Francisco.
Reciente consagración
La pasada fiesta de Cristo Rey fue el momento propicio en la parroquia de Santa Ana, para la consagración de infantes y adolescentes quienes servirán en el altar como monaguillos y équites.
Acompañados por sus padrinos, los niños y jóvenes fueron revestidos, momento que llenó de emoción a los asistentes a esta Eucaristía, con la que se cerró el Año Litúrgico y en la que se subraya que Jesucristo es el rey del universo y de cada uno de nosotros.
El P. Anel Sánchez resaltó algunas de las misiones de estos chicos que, entre otras cosas, servirán con alegría a la asamblea del pueblo de Dios, realizando los servicios que se les asignarán durante las celebraciones.
Por tan importante acontecimiento, los nuevos miembros fueron vitoreados por los fieles con un caluroso aplauso.
