Escuchar en toda ocasión lo que nos dice el Señor

Dios siempre habla; está en constante comunicación con cada uno de nosotros. “Para entender alguna cosa, no consultamos la voz que suena fuera, sino la verdad que reina dentro en el espíritu (…) es Cristo, que habita en el hombre interior”, nos dice San Agustín.

Esta semana, el Señor nos está pidiendo que pongamos atención, que no andemos por la vida como si Él no existiera, o como si fuera un ser indiferente a los acontecimientos.

Para cada ocasión, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo tiene una palabra, un consejo, un parecer. Lo que ocurre es que nosotros preferimos apagar las antenas. Estemos claros, no es estar literalmente escuchando un sonido en nuestras cabezas (aunque hay casos excepcionales en que es así), se trata de estar pendientes de los signos y las señales que Dios nos deja.

El taxista, la señora de la fonda, el maestro de escuela, el policía… El Señor utiliza muchas fuentes diversas para encontrarse con uno, para que sintamos que él está cerca y nos está ayudando en el camino que nos lleva de regreso hacia Él.

Dice San Agustín: “En lo más profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia de una ley que él no se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer, y cuya voz resuena, en los oídos de su corazón”.

Tengamos presente a Dios en nuestras vidas y no nos perdamos de la bella ocasión de escucharlo.

Jesús había prometido que, cuando Él partiera, nos enviaría a alguien para guiarnos. Desde el bautizo lo llevamos dentro y nos está hablando de manera constante. Basta con abrir el corazón y escucharlo. ¡Ánimo!