Escuela de dirigentes de Cursillos se activa con esperanza e ilusión

Escuela de dirigentes de Cursillos  se activa con esperanza e ilusión

No yerra quien diga que la Escuela de Dirigentes es anterior al surgimiento del Movimiento de Cursillos. Fue en las entrañas de la escuela 

 Fue en las entrañas de una escuela de dirigentes donde “se gestaron, se nutrieron y desde ella perseveran y se difunden como movimiento de Iglesia. Y, en todo tiempo la Escuela ha resultado -y sigue resultando hoy- pieza esencial para la continuidad y el desarrollo de la Obra”, según afirman las Ideas Fundamentales de esta agrupación evangelizadora, nacida en España.

Por supuesto, como muchos movimientos de Iglesia, parroquias y obras, la pandemia puso una pausa crítica en las actividades.

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La Vocal de la escuela de la Arquidiócesis (cada diócesis en el país tiene un secretariado), Edith Pérez, indica que el reinicio de clases era esperado por todos con “emoción e ilusión”. 

 “De la mano de la oración y la prudencia, en un inicio decidimos detener todo nuestro apostolado, por lo que la reactivación de la escuela fue recibida con alegría, pero también con algo de incertidumbre por el desconocimiento de la plataforma, que hasta el momento era deconocida”, indica Edith.

Aun así “nos fuimos adaptando”, señala la Vocal de Escuela, quien asegura que los dirigentes se sintieron apoyados y hermanados cuando volvieron a sus jornadas de formación.

Niveles y temas

Según la veteranía o tiempo vivido en el Movimiento, cada dirigente estudia en grupos materias diferentes, todas relacionadas con la fe y la cristianización de los ambientes. 

Así, por ejemplo, el Nivel I (con doce participantes) inicia por el primer escalón: Ideas Fundamentales; la encíclica La Alegría del Evangelio de Papa Francisco, y algunos documentos conclusivos del Concilio Vaticano Segundo.

El 2º Nivel –nueve participantes– tiene como misión en esta parte del año la redacción del rollo de Piedad (se le dice “rollo” a una exposición testimonial, en este caso sobre la vida de oración y amistad con Dios).

En el Nivel III (6 condiscípulos) se estudia la Constitución Pastoral  Gaudium et spes, del Vaticano II.

El tema central en el 4º Nivel es Cristología, y lo ven 5 dirigentes bajo la guía de un facilitador.

El Quinto y Sexto Nivel uno con once participantes, y el otro con dos dirigentes, están viendo las catorce cartas de San Pablo. 

El último nivel, el 7º (integrado por rectores (laicos que dirigen los fines de semana de Cursillo), se mantiene el estudio de los tres tiempos de cursillo, es decir, el Pre-Cursillo, el Cursillo y el Post Cursillo, cada uno con una dinámica y compromisos específicos.

Un testimonio

 Edward Cedeño, coordinador del Nivel I de la escuela, enfatiza que la actividad de formación no tiene como fin saber más, sino tratar de mantenernos en Gracia para servir mejor al Señor.

Si grupo se reúne los viernes en la noche por una hora. “Hemos compartido sobre libros, visto películas, orado juntos y contemplado los testimonios (…) en fin nos hemos encontrado con el hermano, y ese encuentro nos debe llevar a Cristo”, señaló.

Ultreyas

Hay otra actividad de los Cursillos que se cuida como la joya de la familia: la Ultreya. 

 Es una reunión semanal en la que un cursillista cuenta cómo le ha ido en su “cuarto día” (tiempo transcurrido desde que volvió del fin de semana del retiro) y junto a sus hermanos y sacerdote asesor evalúa su vida de oración, estudio y acción. 

 Lo que se dice ahí es bastante íntimo y ventilarlo en ZOOM causaba incertidumbre. Aun así, la necesidad de crecer en el espíritu pudo más y en la Arquidiócesis se apuró el paso, y se hacen los sábados en la tarde.

También hay Ultreyas regionales, a la que todos están invitados cada mes.