El deseo verdadero de llegar a una meta es lo que hace que no te detenga nada en el camino, que seas valiente y perseveres en alcanzar tus metas, lo que hace que tu proyecto de vida se haga realidad. Imagina que Cristo en este encuentro de la JMJ con Él te diga en tu corazón: hijo “¿qué deseas que haga por ti? (Mc 10,51). Desear es sinónimo de juventud viva y con esperanza, conecta-da con Cristo, que consulta a Cristo en cada paso de su vida. Es la juventud que desea un verdadero encuentro con Cristo. El deseo es el que hace posible la perseverancia fiel y amorosa. Buenos deseos tales como: de santidad, de perfección, de ser instrumento de paz y del bien de los demás, de superación en todos los campos para la gloria de Dios y el bien de los prójimos.
Desear el bien: vence los miedos
Sí. Desear el bien y empeñarse en conseguirlo es medicina contra los miedos e ingrediente para la superación. Medita: “Aspira a lo celeste que siempre dura, fiel y rico en promesas, Dios no se muda. A Jesucristo sigue, con pecho grande, y venga lo que venga, que nada te espante” (Sta Teresa). Desear el encuentro con Cristo, y aspiración de ser bueno, de ser como Él y para Él. Arriesga lo que sea por una buena causa y alcanzarás la meta y fruto que te promete. No seas como agua estancada, que no avanza ni permite a otros avanzar. Sé persona de bien y para bien, y que esta JMJ19 te confirme en la vocación a la que Dios te llama.
Con qué deseos venir a la JMJ
Con el “deseo de alcanzar mayor santidad y perfección de vida”, y con el propósito de abrir todo mi ser a Dios para que haga obra en mí, y así pueda acoger lo que disponga de mí. Para esto:
- Primero “desear atender y hacer lo que Él me pida” (cf Jn 2,5), que sin esto será imposible conseguirlo. Aquí el punto de partida es “tener una firme determinación de no parar hasta conseguirla ” (Sta Teresa). El participante de la JMJ se ejercita en demostrarle al Señor es “deseo” de “dejarse encontrar por Él y atender lo que le pida”, y esto, durante la JMJ, lo hará: esperando con paciencia y amor su manifestación en cada actividad que se realiza; caminando con humildad y disposición de llegar a los lugares de encuentro con Jesús; sometiéndose a las manifestaciones del clima con el que el Señor anime en cada momento; viviendo con alegría, agradecimiento y disposición las incomodidades y sacrificios que se presenten en la estancia y realización de cada día en la JMJ. Y sobre todo en la apertura de corazón para confirmar con un “SÍ” incondicional, como María Virgen, en aquello que el Señor indique como camino vocacional a seguirle.
- – Segundo, si quieres ser santo de verdad, tu carta de presentación en todo momento es “ser buen cristiano”. Esto es: ser amable, servicial, agradecido, educado, responsable, ordenado. Además significa confirmar la opción de vida por la verdad y decirle “no a la mentira” en todas sus formas; decirle “no a la desobediencia y al irrespeto de las personas, no a la deshonra de sí mismo, de los padres, de la persona que amas; no a las palabras deshonestas y malos ejemplos de vida; no a la pereza y a la deshonestidad en el trato con los demás. No al pecado, sí a Dios.
- – Tercero, tener claro que para alcanzar día tras día esta meta de santidad, ayuda mucho “reconocer que soy pecador, y que me falta mucho para llegar a la santidad que aspiro” (Sal 50). Reconocer mis verdades, mantener y perseverar en el deseo de “ser santo” y esperarlo como el “don” que de Él viene. Por mi parte hacer los trabajos que demande el poder conseguirlo.