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Guaire ni ja etebare: “Juntos como hermanos”

Guaire ni ja etebare: “Juntos como hermanos”

En la parroquia San Vicente de Paúl, la primera parroquia de la diócesis de David en la Comarca Ngäbe-Buglé, se atienden aproximadamente cincuenta comunidades de la montaña, veinte,  con capillas y otras treinta, en varios niveles de evangelización.

Las situaciones de marginalización y abandono exigen una continua respuesta de caridad, acompañamiento en la búsqueda de justicia y una visión integral de evangelización.

Esta región se enfoca en dos opciones: la evangelización y que las comunidades ngäbe sean las principales protagonistas en su propia evangelización; y la inculturación para que sea evidente en todo aspecto que la parroquia es ngäbe.

Los jóvenes han asumido este reto, dedicando sus fines de semanas y tiempos de vacaciones a trabajar en la evangelización en sus propias comunidades, en la visita a las comunidades aleja-das, algunas cuestan hasta 8 horas a pie,  y fuera de la Comarca donde viven los ngäbe en situaciones de migración.

La organización local del Encuentro Mundial de la Juventud Indígena (EMJI), previo a la JMJ fue también fruto del arduo trabajo de muchos laicos y jóvenes ngäbe de la parroquia.

Una pastoral rural inculturada siempre tiene que tomar en cuenta el ciclo de la tierra.  El ciclo de sembrar, cuidar y cosechar, las lluvias y sequía, además de la migración masiva hacia afuera del territorio son realidades que influyen en el que hacer y donde lo hacemos.

A partir de la reflexión teológica-pastoral, varios ritos y prácticas han sido incorporados en el ritmo de la parroquia.  Por ejemplo, la “toma de cacao”, la bebida sagrada ngäbe, está integrada en las celebraciones eclesiales durante el ciclo litúrgico.

El miércoles de la Semana Mayor se toma cacao en todas las capillas con los otros aspectos importantes para la preparación y purificación del pueblo para entrar al misterio pascual; las cruces, la quema de comején y la aspersión del agua con plantas medicinales a los participantes.

Se combina el kukwe kira, (palabra sagrada ngäbe) de los mitos y cantos, con las lecturas apropiadas de la Biblia que introducen a la comunidad para entrar purificada a la experiencia de la Pascua.