“Hacia un nosotros cada vez más grande como la humanidad”

“Hacia un nosotros cada vez más grande como la humanidad”

Jornada Mundial del Migrante: en sus diversos carismas, las redes de apoyo eclesiales crean puentes solidarios para atender a los más excluidos en la sociedad.

Marianne Colmenárez

¿Cómo se puede vivir el lema de la Jornada que hoy celebramos?, cuando vemos en diversos medios y redes de comunicación, imágenes indignantes que reflejan la profunda crisis migratoria que padecen hermanos haitianos, cubanos, venezolanos y nicaragüenses, solo por nombrar a los grupos más numerosos, presentes en tantas fronteras del mundo. 

El Santo Padre conocedor de estas duras realidades, hace una exhortación a caminar juntos hacia un nosotros cada vez más grande, dirigiéndose principalmente a los fieles católicos, para luego invitar  a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

Los migrantes y refugiados encierran historias distintas, llenas de esfuerzos, sufrimientos, motivaciones y deseos de salir adelante.

 “Todos estamos en la misma barca y estamos llamados a comprometernos para que no haya más muros que nos separen, que no haya más otros, sino sólo un nosotros, grande como toda la humanidad”.

Quienes trabajan en el Servicio a Migrantes de Fe y Alegría Panamá, tienen clara la misión. Han ido a las periferias a encontrarse con migrantes y refugiados, desplazados y víctimas de la trata, a quienes el Señor quiere que se les manifieste su amor y que se les anuncie su salvación.

ESPERANZA Egly Rincón recibió capital semilla para iniciar su negocio. .

Dando la caña de pescar

Elizabeth Sánchez es una de las tantas extranjeras que ha recibido apoyo de Fe y Alegría. Llegó de Nicaragua con sus dos hijas, huyendo de la persecución y las violaciones a los derechos humanos por parte del actual régimen.

“Mi hija era estudiante de ingeniería, y en el año 2018 fue secuestrada y torturada cuando se daban las movilizaciones estudiantiles; por eso decidí salir, por el futuro de ellas”, afirmó.  

Recién llegada a Panamá, manifiesta que fue víctima de una supuesta agencia de trabajo que solo la explotaba como doméstica. “Acá, en Fe y Alegría, me ayudaron a salir de esta difícil situación, me acogieron por tres meses en el albergue que tienen en Mañanitas y luego desde allí he podido participar en varios talleres de emprendimiento”, afirmó.

Actualmente tiene su propio pequeño emprendimiento en Kuna Nega; vende pan dulce, dulce de frutas y el famoso pan de pico nicaragüense.

FAMILIA. Elizabeth Sánchez y su hija han visto crecer su negocio en plena pandemia.

La pandemia profundiza la crisis

Egly Rincón es venezolana residente temporal en Panamá. Vive con su padre de 57 años y con sus tres hijos, todos menores de edad.  “Aunque soy geóloga, solo he podido laborar en peluquería, como manicurista o haciendo limpiezas en casas; mi papá tampoco consigue empleo, me ayuda cuidando a los niños”, señaló.

Al verse sin trabajo y con una difícil situación económica, Egly como madre soltera junto a su padre, han tocado la puerta de varias redes de apoyo, como la Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de Panamá; recibiendo de éstos, donaciones de bolsas de alimentos.

Asímismo, en plena pandemia el Servicio de Migrantes de Fe y Alegría les ha brindado ayuda humanitaria y capital semilla para comprar material necesario para su emprendimiento como manicurista.

Elías Cornejo, coordinador del Servicio de Migrantes de Fe y Alegría, explica que los programas que llevan a cabo buscan desarrollar acciones de acogida y protección, que generen las condiciones para la promoción e integración socio laboral de estos hermanos en la sociedad panameña.

“Si algo nos mostró la pandemia, en la que nos encontramos aún, es que muchos migrantes y solicitantes de asilo se animaron para buscar modos de producir frente a la difícil situación que se vivía; con estos encuentros de formación que hemos tenido, nos enriquecemos y crecemos mutuamente”, afirmó Cornejo.

“Una América incluyente, solidaria, hospitalaria y justa”

REALIDAD. Las migraciones forzadas son una triste realidad muy común en todos los continentes.

La Compañía de Jesús de las provincias de Centroamérica y México hicieron pública su preocupación y postura sobre el tema de las migraciones forzadas. Mediante un estudio diagnóstico aseguran que los migrantes centroamericanos “no se van, sino que huyen” de las realidades que les acompañan.

El sacerdote Marco Tulio Gómez, director general de Fe y Alegría Panamá, explica que este documento, ha sido el resultado de meses de consultas con diversos agentes de trabajo de la Red Jesuita con Migrantes; en el que ubican siete causas estructurales de esta huida masiva de personas.

“1) La primera causa es la desigualdad de oportunidades para el desarrollo humano pleno asociada a un modelo económico; 2) La desilusión hacia los procesos democráticos existentes y que se asocia a un modelo de Estado; 3) La deficiencia de los sistemas tributarios y de protección social; 4) La influencia del narcotráfico y el tráfico de armas, 5) La inseguridad, militarización y sistemática violación de los derechos humanos; 6) La vulnerabilidad frente a las amenazas inducidas por el cambio y la variabilidad climática, y 7) El horizonte individualista de la vida, unido al universalismo que prioriza las categorías globales sobre las locales”.

Gómez asegura que más allá de identificar las causas, el documento incluye 42 propuestas, que lejos de ser definitivas, apuntan a seguir “cimentando puentes entre las provincias para colaborar en la construcción de un continente incluyente, solidario, hospitalario y justo.

Pueden leer las propuestas en: www.redjesuitaconmigranteslac.org