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Hacia una catequesis misionera

Hacia una catequesis misionera

La catequesis misionera consiste en insertar en su proceso elementos característicos de la fase misionera.

Comisión Arquidiocesana de Catequesis

Dos circunstancias pastorales motivan y justifican esta dimensión misionera de la catequesis. Por una parte, la pastoral de cristiandad, que ha descuidado la formación básica en la fe; y, por otra, el ambiente sociocultural de secularización e increencia, que envuelve toda la existencia.

Luces. CATEQUESIS DE TALANTE MISIONERO.
Dar a la catequesis un talante misionero, es decir, catequizar como si los destinatarios de la catequesis fueran realmente “alejados” y necesitaran un “primer anuncio” que les motivara a redescubrir la fe. La catequesis deberá acentuar la función misionera y tratará de suscitar, muy en primer término, la conversión al evangelio.

Creemos que el reto más importante al que se enfrentan hoy la mayoría de las parroquias es el paso de una pastoral de cristiandad a una pastoral de misión. Más en concreto, el paso de una pastoral de conservación dedicada preferentemente a instruir la fe de los practicantes y alimentar la vida cristiana de los fieles por la participación en los sacramentos, a una pastoral orientada a hacer presente en la sociedad la fuerza salvadora y humanizadora de Jesucristo.

“La actividad misionera representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia, la causa misionera debe ser la primera”.

La catequesis no puede estar al margen de esta realidad pastoral. De ahí que tome un sentido “misionero”

MISERICORDIA. Salir al encuentro del otro con una propuesta catequética moderna es urgente hoy.

sin que pierda su identidad específicamente “catequética. Hemos redescubierto también que en la catequesis tiene un rol fundamental el primer anuncio o Kerygma, que debe ocupar el centro de la actividad evangelizadora y de todo intento de renovación eclesial” (EG 164).

La catequesis ha sido siempre considerada por la Iglesia como una de sus tareas primordiales, ya que Cristo resucitado, antes de volver al Padre, dio a los Apóstoles esta última consigna: hacer discípulos a todas las gentes enseñándoles a observar todo lo que Él había mandado. El catequista, por tanto, ha de sentirse “agente evangelizador” .