Se trata de ocho hectáreas donde las comunidades coclesanas y de la Arquidiócesis podrán ir a aprender cómo mejor provecho de la tierra.
Omar Montenegro
La Iglesia Católica siempre, pero más en tiempos de pandemia, entiende que debe ponerse en camino, darse, abrirse para servir a los más necesitados.
Hay un símbolo que desde antiguo utilizaron los cristianos para entender a la Iglesia misericordiosa, y es el del pelícano. Es un animal que se abre el pecho para sacar los peces que ha capturado, y con eso alimenta a sus hijos en el nido.
Es la imagen que está en el altar de la Catedral Basílica Santa María la Antigua. El pelícano rompiendo su buche, para que sus hijos coman.
Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, Arzobispo de Panamá, lo entiende de la misma manera: “Frente a la realidad que vivimos de Pandemia, somos conscientes que en el presente y el futuro la mejor ayuda que la Iglesia puede dar es la comida”.
Por eso la Arquidiócesis pondrá a disposición de las comunidades un terreno de ocho hectáreas que tiene en Río Hato, para instaurar allí un modelo de producción sostenible, que le sirva a las familias más necesitadas para aprender a sacar provechos de sus campos.
Puertas abiertas
Monseñor Ulloa señala que todo lo que hasta el momento se ha hecho (comedores parroquiales, albergues para la población de calle, atención a los adultos mayores y niños abandonados, entre otros) son “paliativos” en medio de esta crisis sanitaria que vive el país y el mundo.
“Algo trascendente es usar este terreno como una escuela, donde la gente de esta región y la Arquidiócesis pueda venir a ver cómo sacarle mayor provecho al pedacito de tierra que tienen, porque aquí se enseñarán las nuevas maneras y las innovadoras tecnologías que han surgido para la producción agropecuaria”, indicó.
La intención de la Iglesia es firmar un convenio interinstitucional con el MIDA y otras dependencias vinculadas al campesinado como el Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA), el Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá (IDIAP), y la Autoridad de Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP), quienes harían el trabajo de docencia y producción.
Espíritu de Comunión
El terreno pertenece a la Pastoral Social-Cáritas Arquidiocesana, pero se encuentra en la diócesis de Penonomé. Por ello, parte del proceso es vincular a la Iglesia penonomeña para que se vincule al proyecto.
“Este programa involucrará a la diócesis de Penonomé y a su obispo, monseñor Edgardo Cedeño, para que sea una actividad integral, de una Iglesia que trabaja en una economía solidaria, como lo habla el Papa Francisco, de desarrollar nuevas economías desde las comunidades”, indicó la Secretaria Ejecutiva de Pastoral Social-Cáritas, Maribel Jaén.
El gobierno dispuesto
El director del IMA, ingeniero Manuel Araúz, señaló que hay suficiente terreno para generar diversos productos, el gobierno nacional a través del MIDA está dispuesto a “darle la mano” a la Iglesia en esta iniciativa.