Para monseñor Edgardo Cedeño, estar en el Sínodo significa que vamos a contagiar con espíritu de alegría lo que está viviendo la Iglesia panameña, esa misma que está vibrando en comunión, misión y participación. Todo católico panameño estará en él. Para eso nos hemos preparado durante dos años.
Por Elizabeth Muñoz de Lao
Iglesia de Panamá, la Diócesis de Penonomé y América Latina entera tendrán una digna representación en el Sínodo “Por una Iglesia Sinodal: comunión, participación y misión”, convocado por el papa Francisco. Se trata de monseñor Edgardo Cedeño Muñoz, obispo de la diócesis de Penonomé.
Hoy inicia la asamblea en Roma, a donde monseñor Cedeño, atendiendo el llamado del sucesor de Pedro llevará, no solo propuestas, sino la alegría característica del pueblo de Dios en Panamá.
Panorama Católico lo entrevistó y estas son sus consideraciones:
PC: ¿Qué significa para usted, como pastor de su diócesis, y como ser humano, el haber sido convocado?
MEC: Es una experiencia bautismal tras haber caminado también por América Latina como misionero. Eso ha sido una riqueza, me atrevería a afirmar, del Espíritu Santo, que nos ha invitado a través del papa Francisco a participar de esta linda experiencia sinodal, que es la primera vez que participo, con una gran responsabilidad de esta iglesia panameña.
PC: ¿Siente usted que en nuestra Iglesia panameña hay un camino a la sinodalidad que estamos recorriendo tal como lo quiere el Señor?
MEC: Siento que la Iglesia panameña ha venido haciendo un proceso de participación y de comunión. Se puede ver en las distintas diócesis en sus proyectos pastorales, donde el laico tiene un papel importante, porque es una Iglesia viva, que ha caminado hasta ahora en un proceso de madurez en la fe y ha querido, con humildad, acompañar al pueblo de Dios en estos afanes históricos que hemos vivido y viviremos. Siento que la Iglesia panameña ha estado presente en esta historia con una participación responsable y, sobre todo, muy cercana a ese pueblo de Dios. Tenemos claro que es un sínodo de discernimiento en el espíritu para poder escuchar también al Señor, que habla una historia concreta, y es el querer de todos los que iremos con una conciencia, no de hacer documento, sino una experiencia de encuentro fraterno, donde iremos a dialogar, a escucharnos con estas distintas experiencias de iglesia que se hacen presente en el mundo de hoy.
PC: ¿Qué espera usted encontrar y qué espera dar?
MEC: Espero encontrar esa fraternidad y esa vitalidad de Iglesia que nos une en comunión. ¿Qué esperamos dar? Un espíritu de alegría, como es nuestro pueblo, que lo vemos en su diario vivir y que no vamos a inventar nada. Más que presencia, es cercanía.
PC: ¿Qué opina usted de que, por primera vez, va a participar la mujer, con derecho a voz y voto, en un sínodo?
MEC: Eso lo vemos en el contexto simplemente estructural de la Iglesia, porque en nuestra Iglesia panameña, el papel de la mujer siempre ha estado en primer lugar. Es una experiencia el dejarnos acompañar por la mujer en las distintas responsabilidades que tenemos. Por eso veo como una gran oportunidad para la Iglesia universal el afianzamiento y el respaldo que le da a las mujeres, no como protagonistas, sino como un servicio, que es una responsabilidad que nace desde el bautismo. Por eso vemos, con mucha alegría que la mujer pueda, no solo tener voz y voto, sino aportar, de ahora en más, en la evangelización, en la responsabilidad administrativa.
PC: ¿Siente usted que el pueblo de Dios sabe qué es y cuál es la importancia del Sínodo?
MEC: La importancia del Sínodo no es hacer cosas, no es hacer documentos, no es tomar decisiones apresuradas. Es un encuentro responsable que se ha tardado más de dos años y medio para darse. La pregunta que yo hago es si estamos en sintonía a través de los medios digitales de hoy en día. Quizás a los medios masivos de televisión, radio y prensa escrita no les interesa porque no es un tema que los apasione económicamente. Ciertamente, en octubre todos los medios del mundo estarán fijos en Roma y eso está bien, porque es allí donde hace dos años y medio que venimos trabajando, no en el silencio, no en el anonimato, sino que muchas veces nuestros laicos no están preparados, y la pregunta es: ¿por qué no están preparados para entender lo que es un sínodo? Quizás por la falta de comunicación, quizás de nuestros propios medios (los eclesiásticos), que no le están dando la relevancia necesaria para difundir esta propuesta que nos hace el papa Francisco.
PC: ¿Cree usted que, desde las parroquias, se está difundiendo este mensaje para que el pueblo de Dios lo capte?
MEC: Otro elemento muy importante es el clero, porque nos hemos abocado a hacer y nos hemos olvidado del ser, de tomar conciencia de que nuestra Iglesia es más que nuestras parroquias. Es un llamado de atención para que todos despertemos, comenzando a lo interno de nuestra Iglesia. ¿Y qué pasa con los grupos parroquiales?, ¿qué pasa con los movimientos?, ¿qué pasa con la vida religiosa? Sin echarle culpa, quizás se deba al adormecimiento que nos provocó el COVID-19, y parece que nos hemos quedado en las casas y aún no hemos despertado.
PC: ¿Qué consejo daría usted al clero, a los grupos, a los medios, a los religiosos para que se le dé la importancia al Sínodo?
MEC: Tenemos que despertar a una toma de conciencia de que no solo somos una Iglesia que administra sacramentos, que no nos podemos quedar simplemente en una religiosidad popular sin eco. Que nuestros medios de comunicación católica estemos más articulados a la difusión de los acontecimientos eclesiales, a través de entrevistas y foros.
Y este es un llamado también a la misma Conferencia Episcopal Panameña, de que en nuestras diócesis tenemos que difundir más estos temas trascendentales de nuestra Iglesia.
PC: ¿Con qué mensaje le gustaría que cerráramos esta entrevista?
MEC: Que se ponga un gran titular: vamos a participar, como Iglesia panameña, en la primera etapa del Sínodo. Vamos a ir a contagiar con espíritu de alegría, de esperanza lo que es nuestra Iglesia panameña, que está vibrando en comunión, misión y participación. Que esto implica oración, estar al tanto de lo que va a acontecer en nuestro Sínodo, porque cada católico panameño estará participando en él, junto al sucesor de Pedro.