Más de 250 agentes de pastoral participaron de la Jornada de Formación Litúrgica: “El Camino Cuaresmal, peregrinación hacia la Pascua”, una iniciativa del Departamento de Liturgia de la Arquidiócesis de Panamá para orientar en la preparación de las celebraciones que pronto vivirá nuestra Iglesia.
Por Karla Díaz
El salón Marcos Gregorio McGrath del Arzobispado de Panamá reunió a los agentes de pastoral de Liturgia para una especial formación en temas sobre Cuaresma, Pascua, Canto y Ornamentación.
Fueron dos días llenos de mucha información dictada por expertos, como el Prof. Elías Osorio, quien deleitó a los presentes con su carisma y talento brindando datos interesantes en su exposición sobre Liturgia y el Buen Canto en el ciclo pascual.
En su intervención, el profesor Elías habló sobre los ciclos de la liturgia y qué representa cada uno, así como los cantos adecuados para cada celebración, la importancia de los salmos y recomendaciones para hacerlo bien y lograr armonía durante los ritos de este tiempo especial.
La importancia de la ornamentación
La hermana Yadira Jiménez fue la encargada de hablar con los presentes sobre el ornato en las celebraciones litúrgicas, un amplio tema que incluye la ambientación, cómo se debe arreglar el templo, la decoración, así como las vestimentas que utilizan los ministros durante las celebraciones.

Preparada en cursos de talla internacional, Jiménez siempre tuvo la inquietud de poner su arte al servicio de la iglesia.
“Y es que todo esto va ligado a la liturgia, así que poco a poco lo fui adaptando, el cómo arreglar el templo, los eventos de los obispos, todo junto a las exigencias de la liturgia, un factor que además requiere de mucha prudencia”, dijo Yadira.
Expresó, además, a los presentes en la formación, que en la ornamentación hay que ponerle dinámica, alegría, y sobre todo hay que tener delicadeza al arreglar una iglesia. Ella misma lo ha descubierto gracias a la formación litúrgica que ha recibido, porque al final se sufre mucho cuando se nota una exageración de elementos como flores en una iglesia.
“Tenemos por costumbre poner cualquier color en los templos, poner la combinación que se me antoja, pero todo tiene su técnica para que no se vea pesado, fuerte; porque eso no entra en la ambientación de una iglesia”, dijo.
Hay que recordar, señala Jiménez, que la iglesia es parca, y específicamente en el tiempo de Cuaresma no se pone nada, de hecho, la misma liturgia lleva a meterse en estos lineamientos que la iglesia da para ayudarnos a vivir el ambiente de Cuaresma.
Si hay algo que la Iglesia pide y exige es que el laico debe formarse porque si un laico está formado, está claro en lo que tiene que hacer.
“Es mejor vivir la plenitud de la Cuaresma y desconectarnos un poco de lo que tiene que ver con ornato, con excepción del cuarto domingo que sí se pueden añadir algunos elementos”, puntualizó.
Sobre el Jubileo y el tiempo cuaresmal
Le correspondió a la hermana Rosmery Castañeda hablar a los presentes sobre Cuaresma y Pascua en torno al Evangelio de San Lucas, una temática que abordó con mucha sencillez, pero dejando puntos claros y respondiendo cuestionamientos de los presentes.
“En esta ocasión vimos como importante transmitir la Buena Noticia para que llegue a todos… esa noticia que sin duda es el -Yo te amo- que nos regala el Señor y que es tan importante para el alejado, para el pobre, el desvalido, ya que allí ve cumplidas sus esperanzas”.

Fue interesante la intervención porque la religiosa dominica destacó la participación de los agentes en su parroquia, señaló que deben estar preparados para cuando lleguen personas que no conecten con la palabra Jubileo en este tiempo que viviremos.
“A ellos hay que explicarles cómo encontrar y cómo sentir la alegría, y precisamente el jubileo lo va a enseñar, nos va a decir cómo lograr que la liturgia, los cantos, la eucaristía sean portadores de alegría para ellos; por eso bien lo dijo el papa Francisco: “hagamos un jubileo para rescatar a esas personas heridas dándoles esa esperanza que ellas han perdido”, dijo Castañeda.
En ese sentido y para vivir bien el Jubileo de la Esperanza, la hermana Rosmery apuesta por que nos entreguemos al prójimo con gestos sencillos, un abrazo, una mirada a los ojos… “Cuando usted mire al hermano, va a recibir de la otra persona reflejos de luz, una luz que se llama Espíritu Santo. Otro gesto es aprender a hablar con Jesús, pedirle lo que quieres, háblale, convérsale para que se abra un camino nuevo guiado por él”, finalizó.