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Las 5 “P”: un método para la vida matrimonial plena

Las 5 “P”: un método para la vida matrimonial plena

Cinco pilares fundamentales para construir una relación estable, donde el amor y la fe sean la base de la vida en pareja.

 

Por Frank Suárez/ @franksosterapias

A través de estos cinco roles esenciales: personal, pareja, padres, profesional y plegaria; se busca fortalecer la relación desde la individualidad hasta la vida en común, con Dios como centro.

 

Rol personal:

Es importante que la misma persona se haga responsable de sus propias necesidades afectivas o carencias, de manera que no responsabilice a su pareja si llegase a no sentirse amado(a), es decir, ocuparnos de nosotros mismos es un requisito clave para el bienestar emocional, como desarrollar hobbies y tiempo para estar a solas, sin pareja, sin hijos.

Es importante que la pareja contribuya también a eso, para que mientras uno se queda en casa atendiendo a los hijos, la otra parte realiza su maestría o su hobbie favorito. Si como esposo(a) apoyas esto, difícilmente verás a tu pareja llegar de mal humor de vuelta a casa.

 

Rol de pareja:

El espacio estrictamente a solas como pareja es indispensable, sin hijos, sin amistades: solos “tú y yo”, la frecuencia de escapes de fines de semana, o de viernes por la noche, o también una cena romántica.

Establecer también un horario infantil, para que podamos después de cierta hora de la noche, dedicarnos a nosotros como pareja, mientras ya los hijos duermen. Así poder tener espacio para el diálogo o la intimidad, sin habituar a los hijos a que duerman en nuestra cama.

 

Rol de padres:

Reconocer el papel y valor de cada miembro de la familia es vital, promover la interacción familiar asistiendo juntos a nuestra misa dominical, cenando juntos en la mesa todos los días o fines de semana, contribuir en los quehaceres del hogar y considerar la voz de todos al tomar decisiones familiares.

Es muy importante también, que los hijos puedan observar el trato respetuoso, misericordioso y amoroso entre esposos, modelo clave para sus proyectos afectivos del mañana.

 

Rol profesional:

Reconocer el aporte y valor que cada uno hace desde sus funciones laborales, sin menospreciar a ninguno. Comprender los horarios de trabajo externo de cada uno, sin sobrecargar o descuidar la atención de las tareas del hogar. Se recomienda que las parejas no trabajen juntas, para evitar discordias laborales que luego se traen a casa o viceversa.

 

Rol plegaria:

La oración, indiscutiblemente, es una fuente de nutrición espiritual, que sostiene la fe, el amor y la fidelidad en el matrimonio. Incorporar momentos de reflexión y oración en pareja y en familia fortalece la promesa hecha en el altar. Dios como centro y guía de nuestro hogar consagrado. Este rol integra los otros cuatro: Dios en mi vida, en mi pareja, en mi familia y en mi trabajo.

 

Creciendo juntos en el amor.

Peligros de vivir estos roles parcialmente

El principal sería prescindir de Dios en mi proyecto matrimonial, pero también se ha observado que cuando llegan los hijos al matrimonio, nos concentramos solo en ser padres y trabajar, dejando olvidados el rol personal y de pareja, abandonándonos como individuos y olvidándonos de los espacios solos en pareja. 

Es por ello por lo que, darle el valor a cada rol, será el secreto del éxito matrimonial.