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Inspirados en la ternura del Corazón de María, cumplen 100 años en Panamá

Inspirados en la ternura del Corazón de María, cumplen 100 años en Panamá

Su carisma es la misión, y con ella siguen llegando al corazón de la gente, evangelizando con la Palabra, pero también transformando las realidades que les toca vivir.

 

Por Karla Díaz

Fue un 22 de agosto de 1923, cuando los primeros Misioneros Claretianos pisaron tierras panameñas, y desde ese momento han dejado un importante legado en nuestra iglesia católica.

Presentes desde el inicio en muchas parroquias como Cristo Rey, San Francisco de Asís, Nuestra Señora de Lourdes, El Hogar Bolívar y muchas más, han sembrado la semilla de la misión y el acompañamiento al más pobre.

 

Pero también han sido unos grandes propagadores de la devoción al Corazón de María, promoviendo la primera consagración de Panamá a su Inmaculado Corazón  en 1943.

 

Hoy se han convertido en uno de los más grandes confesionarios de Panamá. “De  todos lados llegan a confesarse, es un lugar de dirección espiritual, lugar del culto al corazón de María, y lugar de evangelización desde sus primeros comienzos con la creación de la Archicofradía del Corazón de María y el Santo Rosario de la Aurora que se reza desde 1951”, destaca el padre Freddy Ramírez, actual párroco del Santuario Nacional.

 

Su carisma misionero y los desafíos

A lo largo de estos 100 años han trabajado las grandes misiones de Colón, en Costa Arriba y Costa Abajo, Darién, Kuna Yala y  Pocrí de Aguadulce, en donde tuvieron un noviciado.

Hoy los desafíos son muchos, pues las realidades han cambiado, según el padre Freddy. “Antes era una sociedad emergente, hoy nos topamos con realidades crudas como la migración por ejemplo y el descuido que las instituciones del estado han tenido con la gente; el tema educativo, el agua, el cuidado de los bosques, son temas que nos afectan a todos, y en donde hemos puesto un esfuerzo grande para no dejar la misión, para animar a la gente en la esperanza”, señala el párroco.

 

Buscando fondos para el templo, se recorrían barriadas en esta capilla móvil.

Avances y vocaciones

La tecnología ha jugado un papel fundamental en medio del trabajo de los padres Claretianos en Panamá.  “En Darién fuimos los fundadores de Radio Voz Sin Frontera, luego en el Santuario trabajamos en un sinnúmero de  publicaciones; teníamos además la Librería Claret, hoy  Librería Arquidiocesana de Justo Arosemena”, resalta el padre Freddy.

Agrega que hay una gran estima de la iglesia panameña  a la congregación, por lo que mirando las necesidades de los enfermos crearon la Radio Claret Digital en la que ofrecen las lecturas, los salmos y buena música para ellos.

En cuanto a las vocaciones, destaca que donde tienen el seminario en San Salvador cuenta con aproximadamente 30 muchachos, de los cuales 3 o 4 son panameños. “Sobre todo provienen de las zonas de Coclé, en donde hay una semillita sembrada, les gusta el carisma y se lanzan”, dice el sacerdote.

Ordenan tal vez uno o dos sacerdotes al año, así que tiene grandes desafíos a nivel de Centroamérica como la difusión de la Palabra de Dios, la misión con  los pobres, indígenas y campesinos.

“Tenemos el desafío de la interculturalidad, no somos sociedades neutras, sino que hay varias etnias, y eso para nosotros como misioneros debe llevarnos a crear lazos de comunión”, acota.

 

El Santuario Nacional

Gracias a unos terrenos que fueron cedidos por el General Nicanor de Obarrio se puso en marcha este proyecto. El padre Manuel Prada empezó a recorrer toda la república para recaudar fondos y así lograr levantar la obra.

Hoy, un templo que recibe a miles de personas, siempre abierto para los fieles.

Por eso decimos que esta es la casa de todos, porque  todos aportaron su granito de arena para lograrlo. “Habían archicofrades de Chitré y  Chorrera muy identificados. La primera piedra fue consagrada por Mons. Beckman, en dos años se levantó el templo, y el 22 de agosto de 1949 se estaba dedicando el Santuario Nacional al Inmaculado Corazón de María”.

Hoy, luego de 100 años de misión, los padres Claretianos destacan que la alegría, por los logros en Panamá, va acompañada de la palabra “Gracias” a todos los panameños… “porque nunca nos han dado la espalda, porque siempre han metido el hombro por nosotros, han llorado, han reído, se han sentido parte de los hijos del Corazón de María, y  gracias porque eso nos anima a seguir adelante”, puntualiza el padre Freddy.