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Instituto Panameño de Educación por Radio: educación que transforma vidas

Instituto Panameño de Educación por Radio: educación que transforma vidas

Durante 23 años ha sido una herramienta crucial para aquellos panameños y extranjeros que, por diversas razones, no lograron culminar sus estudios básicos.

 

Por Marianne Colmenárez

El IPER ha sido una verdadera bendición en mi vida. A través de este programa, he conocido a personas maravillosas que me impulsaron a alcanzar mis metas. Ahora soy bachiller y pronto iniciaré una carrera universitaria,” afirma Leyda Wilfor, de 63 años, madre de cuatro, residente de San Miguelito y aseadora en la Universidad de Panamá.

Orgullosa rodeada de varios hijos.

El pasado 27 de junio recibió, acompañada de su familia, el título de bachiller en comercio y asegura que su mayor motivación fue dar ejemplo de superación a sus hijos, quienes tampoco han podido culminar sus estudios Por su situación económica solo se han dedicado a trabajar.

“Por rebelde e inmadura no estudié durante mi juventud, solo llegué a primer año de secundaria. Me dediqué a criar a mis niños y a trabajar limpiando casas, hasta que llegué a ser parte del personal de aseo de la Universidad de Panamá. Fue allí donde me dieron a conocer este programa, mis compañeros me ayudaron a formalizar hace tres años mi inscripción”, señala.

Leyda recuerda haber llorado por no comprender algunas materias, sentía que no podía por su edad. Comentó que siempre encontró una guía en el Espíritu Santo y en los tutores del IPER.

“Mis lágrimas pasaron a ser de frustración a una inmensa alegría al verme el día de mi graduación”, recalcó.

 

Alcance y accesibilidad

Bajo la dirección de la magíster Brenda Pitti, el Instituto Panameño de Educación por Radio “Maestro en Casa”, sigue cumpliendo su misión de brindar educación accesible y de calidad.

Pitti organiza el evento de autogestión del año, programado para el 22 de septiembre.

“Desde Chiriquí, Herrera, Coclé, Darién, Panamá Oeste y Panamá, atendemos a estudiantes de todo el país. Con una matrícula que ronda los 1,300 alumnos por trimestre, la institución ha logrado mantener su relevancia, incluso en tiempos de pandemia.  Antes la población estudiantil era de más de 1800”, aclaró Pitti. 

El enfoque del IPER busca llegar a las personas en las zonas más necesitadas, proporcionando una segunda oportunidad a aquellos que no pudieron estudiar en su momento.

Trabaja en alianza con diversas empresas e instituciones como la Autoridad del Canal de Panamá, el Grupo MELO, Procesadora Monte Azul, Nikos Café, Grupo Lefevre, Varela Hermanos, La Doña y la Terminal Internacional de Manzanillo, entre otras.

“Estas alianzas educativas permiten que los colaboradores tengan la oportunidad de mejorar sus perspectivas laborales y de acceder a mejores salarios y posiciones dentro de estas empresas”, manifestó Brenda.

 

Costo y apoyo financiero

El costo por trimestre es de 85 balboas, este monto incluye matrícula, un libro de texto, derecho a boletín y asesoría de los tutores voluntarios.

Su directora ejecutiva explicó que el IPER busca constantemente donaciones a través de proyectos para ofrecer costos más bajos a quienes no pueden pagar el monto completo. También existen becas parciales, dependiendo del trimestre y del compromiso del estudiante.

 

Acto de graduación celebrado el pasado mes de junio.

Metodología y tecnología

Ciertamente el IPER comenzó ofreciendo educación a distancia solo por radio, tal como lo había ideado el sacerdote jesuita Fernando Guardia Jaén (qepd). Hoy, solo seis emisoras amigas, en su mayoría católicas siguen transmitiendo las clases de noche o de madrugada.

Los avances tecnológicos les ha permitido fortalecer su página web, en la que pueden descargar el material fácilmente desde un dispositivo móvil. “Actualmente, más del 90% de nuestra población estudiantil tiene celular y usa WhatsApp. Esto ha facilitado la comunicación con los coordinadores, quienes complementan con asesorías y exámenes presenciales”, dijo Pitti.

 

Privados de libertad

Más de 400 privados de libertad, entre nacionales y extranjeros, de los Centros Penitenciarios La Joya, La Joyita y La Nueva Joya, participan en los programas de formación que ejecuta el IPER. Reciben clases de otros reclusos profesionales que se han convertido en instructores de esta institución.